La primera vez que vi a Manolo Carrizo -a Manuel Fernández Alcoba, según el carné de identidad- fue en el año 1960. El músico estaba en el escenario del merendero-baile Somió Parque. Nada raro en aquellos domingos que las familias de Gijón pasasen la tarde en el Somió Parque, al menos la mía lo hacía a menudo. Eso sí, hasta la siete de la tarde, porque a esa hora empezaba el baile en la pista de cemento que junto a las mesas había. En el escenario y bajo techo, unas veces la orquesta "Panamá" y otras Carrizo y sus Boys, pero en ambos casos con Manolo Carrizo como líder, cantante y animador; y abajo, niños y niñas viendo y escuchando en primera fila antes de coger el tranvía para Gijón.
Este anuncio está copiado literalmente:
"Somió Parque. Hoy Gran Festival con dos orquestas: la orquesta 'Panamá' con Carrizo y la orquesta 'Guridi' con Luis Gardey. Caballeros, cinco pesetas. Señoritas, tres pesetas. Gratis para personas con merienda que sean mayores de 38 años".
La última vez que vi a Manolo Carrizo fue en diciembre de 2018 en el Hospital de Cabueñes. Nada infausto sino con motivo de un homenaje que le brindó el cuaderno cultural "Prímula" que edita el hospital y que coordina la bibliotecaria Aurora Rodríguez. Recordemos que Carrizo ejerció en el hospital durante muchos años su profesión "oficial" que era la de enfermero. En el homenaje habló un emocionado Carrizo de 85 años tras escuchar por parte del dúo Costa Verde una impecable versión de "Pescadores", la canción más popular de quien ahora nos dejó.
Manolo Carrizo fue el pionero del pop hecho en Gijón. Lo fue desde finales de la década de 1950 con guitarra española y con los miembros de su orquesta detrás de los atriles con la partitura, hasta pocos años más tarde con la clásica formación de grupo pop y rock, y con Carrizo tocando la guitarra eléctrica. Una de las primeras guitarras eléctricas vistas en Gijón, sin duda. Todos los escenarios de Gijón contaron con Carrizo y sus Boys, cantando boleros, baladas o temas como "La plaga", "Popotitos" y cientos de canciones que aunque en original fuesen en inglés, él "traducía" con desparpajo al castellano. Canciones de su autoría muchas, además de "Pescadores". Por ejemplo "¡Ay! Gijón de mis amores", "Mineros" o "Un paseo junto al mar y a bailar al Rocamar", que compuso como campaña publicitaria para la sala Rocamar en la zona del río Piles. Otras: "Gijón, la maravilla", "Candás", "La coralina" o "Aida" dedicada a su esposa, Aida Álvarez.
Honor a Carrizo. Luego vino la eclosión de grupos roqueros locales y más tarde el Xixón Sound. Pero en la parte más alta del árbol genealógico de la "música moderna gijonesa" está el nombre de Manolo Carrizo. Que conste.
