Ir mucho más allá de Tabacalera. Esa es la esencia del plan del gobierno local que prevé reordenar el contenido de los equipamientos culturales gijoneses, aún por cerrar definitivamente y que se irá anunciando por fases, en el medio y largo plazo. Se trata de un macroproyecto de ciudad que abarca más de un mandato y que exigirá importantes inversiones, de ahí que algunos de los gestores teman un exceso de ambición. Lo que está claro es que el edificio de Cimadevilla, la primera de las piezas a engarzar, no será finalmente lo que Foro tenía pensado que fuera. Estará abierto a creaciones contemporáneas y también a otro tipo de servicios a la ciudadanía. La Alcaldesa guarda bajo siete llaves el documento con los detalles, algunos avanzados por este diario, y prevé darlos a conocer a partir de la segunda quincena de marzo. La política cultural de Gijón para los próximos años dependerá de esos papeles. Que sea para bien.