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Eloy Méndez

Taza y media

Eloy Méndez

La botella medio llena

Gijón echó ayer la casa por la ventana para tratar de ponerle buena cara a los malos tiempos del coronavirus. No hubo barrio que no contase con actuaciones más o menos improvisadas desde alguna de sus terrazas e incluso en varios edificios se patentó el escanciado en altura, con el vecino del último piso repartiendo culinos a los de más abajo. La hora del vermú dominical se convirtió en una gran fiesta de la ciudad confinada, con música, carcajadas y comentarios en los balcones. Nadie celebró que el consumo de queroseno esté por los suelos porque apenas vuelan aviones o que la fibra óptica española sea portentosa. Lo que cantaron alto y claro los gijoneses es que, como siempre ha ocurrido, están dispuestos a luchar contra viento y marea en agitada comunidad. Nada nuevo en un lugar donde la coña es el primer mandamiento y la botella siempre se ve medio llena.

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