El debate en torno a la estación intermodal se centró ayer más en saber por qué y quién redactó los informes que priorizan Moreda que en lo que dicen. La oposición, casi sin excepciones, puso en tela de juicio la neutralidad de dos documentos que se inclinan de forma incontestable por descartar la ubicación del Museo del Ferrocarril: el realizado por una arquitecta del Principado y un ingeniero del Ayuntamiento en base a otro anterior del Ministerio de Transportes y el que elaboró el asesor técnico de la sociedad Gijón al Norte. Pero rehuyó analizar su contenido, quizás a la espera de leerlos con más calma o simplemente de poder leerlos. Esta acusación, de ser cierta, entraña una notable gravedad. El gobierno local del PSOE e IU debe ahondar en la explicación de los motivos técnicos que le han hecho dar este viraje. Y los demás partidos, eludir la tentación de sembrar dudas sobre los expertos sin haber recabado pruebas.
