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A media solemnidad

Garantizar la salud de los feligreses y evitar la transmisión del virus

Desde tiempo inveterado se celebra la fiesta de San Pedro en Gijón. Si admitimos los estudios del reconocido historiador gijonés Luis Suárez Fernández, antes del año 400 había una iglesia dedicada a San Pedro a la orilla del mar y como dice Agustín Guzmán en "La historia de la Iglesia de San Pedro Apóstol de Gijón": "?desde el siglo XIII, ya se habla de San Pedro como patrono o titular de la Iglesia de Gijón que en 1630 por bula declararía canónicamente el papa Urbano VIII".

Durante siglos fue la fiesta más importante, de la que quedan muchos y curiosos testimonios que nos dan a conocer el carácter lúdico de los gijoneses y la popularidad de sus festejos. En años de mediado el siglo XVII tenía un presupuesto de 100 ducados. Pero hubo años de carestía y necesidad que obligaban a rebajar gastos, suprimir festejos y a contener alegrías. Se celebraba a "media solemnidad".

Dadas las circunstancias por las atravesamos y sufrimos, este año debemos ser prudentes y celebrarla también a "media solemnidad". La transmisión del virus sigue siendo un peligro, sobre todo en lugares cerrados y en aglomeraciones y San Pedro es el más interesado en que su ciudad de Gijón goce de buena salud y no la ponga en riesgo o peligro. Otros años el templo rebosaba de fieles teniendo que estar muchos de pie estrechándose unos al lado de otros y lo mismo sucedía después en la plaza para la bendición de las aguas.

Celebraremos la Eucaristía en la iglesia, a las 12.30 horas, que presidirá el señor arzobispo Jesús Sanz Montes y a continuación, en la misma iglesia, haremos la bendición de las aguas. Lo retransmitiremos por el canal youtube de la Parroquia (San Pedro Gijón). Los que asistan presencialmente deben poner mascarilla, situarse con holgura en los bancos y utilizar los hidrogeles. Según la normativa, la capacidad permitida es de 300 personas.

Por consideración y para que nadie se sienta obligado, no hemos invitado a autoridades o presidentes y responsables de instituciones políticas y sociales.

Le pediremos al santo Patrono que nos permita disfrutar un buen verano, que nos libre de la epidemia siendo nosotros respetuosos con las normas y responsables, que afrontemos con inteligencia y sensatez la crisis económica y que nos haga solidarios con los enfermos y necesitados.

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