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Eloy Méndez

El halcón de San Antonio

El festín que se dio un halcón peregrino a cuenta de un confiado pichón en mitad de la calle San Antonio ha venido a demostrar que la naturaleza es capaz de imponer sus leyes de regulación más allá incluso de lo que esperan quienes dedican su vida a estudiarla, en este caso los ornitólogos, que han mostrado su sorpresa por la presencia de un ave de presa de paseo diurno por el centro, entre boutiques, terrazas de moda y galerías de arte. Pero al mismo tiempo, sin pretenderlo, la despistada rapaz ha puesto de nuevo sobre la mesa (o sobre la acera, según se mire) el enquistado problema de la superpoblación de palomas. Según cuentan, el Ayuntamiento de Gijón tiene pensado revisar su plan de control de esta especie con métodos más eficaces y menos agresivos. Falta hace para alivio de hosteleros y vecinos con terraza.

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