El aumento de los controles de la Policía Local para obligar al uso de la mascarilla, disolver aglomeraciones espontáneas y penalizar la escasa distancia entre los clientes de terrazas, sobre todo del barrio del Carmen, Fomento, la Ruta y Cimadevilla, constata que la implicación del gobierno municipal en el combate contra el covid sigue intacta cuatro meses y medio después de convertirse en un referente para otros ayuntamientos de Asturias y de España, por las numerosas y anticipadas medidas que tomó antes del estado de alarma. Y es tranquilizador porque cada hora que pasa parece más evidente que esa labor de contención ha fracasado en otros territorios, asomados ya a un segundo confinamiento. Pero como el virus no entiende de multas, será imposible frenarlo totalmente sin una mayor concienciación en la calle. Y en eso, algunos bares de copas aún tienen mucho que decir. Y, sobre todo, que hacer.
