El Ayuntamiento de Gijón pierde con el fallecimiento de Yolanda Huergo a una concejala íntegra y cabal. Con apenas tres concejales y en poco más de un año de mandato, situó a Podemos como una fuerza fiel a su naturaleza y capaz de propiciar acuerdos relevantes, como los presupuestos municipales. Y además tuvo el mérito de hacerlo con su partido convertido en un solar en Gijón y sin caer en las estridencias y los comportamientos estrambóticos propios de muchos políticos de nuevo cuño, que solo buscan notoriedad ante la falta de propuestas. Fue mesurada, dialogante y entendió a la perfección la importancia del servicio público. Que miembros de la Corporación en las antípodas ideológicas tengan para ella palabras elogiosas como negociadora y compañera no es casualidad.
