El deterioro avanza a pasos agigantados en la cúpula de la iglesia de la Universidad Laboral porque el Principado, competente en la conservación de este Bien de Interés Cultural, empezó hace tiempo la casa por el tejado, centrando sus inversiones en otros espacios del gran complejo mucho menos simbólicos y prioritarios. Tras dejar que el irrenunciable proyecto de rehabilitación de esta estructura durmiese el sueño de los justos durante varios años, la Sociedad de Promoción Turística y Cultural sacó a licitación las obras hace unos meses, pero ninguna empresa quiso hacerse cargo de ellas porque, como muy bien expuso hace unos días en estas páginas el arquitecto Vicente Díez Faixat, ni las condiciones económicas ni las garantías técnicas eran asumibles. Este desinterés por parte de la Administración, que limita con la negligencia, no solo ha abandonado a su suerte a una construcción relevante desde el punto de vista artístico, sino que podría provocar su colapso, de acuerdo al testimonio de algunos especialistas. La gestión del patrimonio no debería caerse a cachos.
