Florentino Blanco García, mierense que veranea en Candás, ve el futuro muy negro, sobre todo para los más jóvenes. "Los jubilados ya tenemos la carrera echada, pero la juventud va a pasarlo mal porque no cotiza. ¿Qué pensiones les va a quedar?". Él, jubilado de la mina, está pasando el desconfinamiento entre Oviedo, donde tiene una vivienda, y un apartamento de Candás. Precisamente fue en la capital del Principado donde vivió las semanas de confinamiento, que le resultaron duras a nivel anímico. "De ánimo ahora la cosa está bien, pero estuve dos meses encerrado que los llevé muy mal. Adelgacé cinco kilos en vez de engordar. No sé por qué, porque comer comía bien. Pero supongo que sería por estar pensando todo el día que estaba encerrado y deprimido. Ahora ya voy recuperando", confiesa.
