Gracias por habernos entregado estos veintitrés años.

Quedamos en deuda con usted.

Somos conscientes de que el fiel de la balanza se inclina hacía su lado, ya que pesa más la labor que usted hizo que lo que nosotros le aportamos.

Nadie puede negar, porque es evidente, que en todas las parroquias deja testimonio material de su obra. Baste citar la recuperación de la ermita de Santa Tecla o las mejoras en la iglesia de Doriga, en el cementerio y en la iglesia de Cornellana y un sinfín de reparaciones allá donde fueron necesarias.

Pero también nos queda su labor eclesial y espiritual, acompañándonos y asistiéndonos en los buenos y malos momentos.

Es innegable que dedicó su tiempo a todas las parroquias, no distinguiendo si eran más grandes o menos.

Cornellana, Doriga, Santa Tecla, Santa Eufemia, San Esteban, Laneo, San Antolín, Santueña, Santiago de La Barca, San Marcelo, San Justo, Santa Bárbara de Loreda, sabíamos que estábamos en su planning y quizá por eso, como niños consentidos, creímos que lo merecíamos todo y no estuvimos a la altura de las circunstancias.

A pesar de ello, queremos transmitirle públicamente, nuestro reconocimiento y cariño para siempre.

Muchas gracias.