La semana pasada recibíamos muy buenas noticias: la donación de 29 obras para el Museo de Bellas Artes de Asturias. Ni en nuestros mejores sueños hubiéramos concebido semejante colección, con pinturas y esculturas que van del siglo XV al XX. Juan de Juanes, Valdés Leal, Tapies, Eduardo Arroyo, Juan Muñoz... entran por primera vez en el Museo. Zurbarán, Zuloaga, Gutiérrez Solana y algún amigote más, que ya conocen estas paredes, encantados, repiten visita. El providencial regalo viene de México, de la mano y el bolsillo de Plácido Arango. Y siento un punto de orgullo chauvinista sabiendo que sus orígenes asturianos están en Villazón, concejo de Salas, donde nacieron sus padres. Pero las alegrías no han de ser duraderas, y menos en el occidente astur, abandonado por todos exceptuando las tramas corruptas. Nuevas imputaciones en el caso Pokemon. Tineo y Coaña, con sus alcaldes de abanderados (¡Ay!, ingrata tarea la del servidor público) invitados a visitar Lugo por gentileza de la jueza Pilar de Lara.
