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Aretha, una de las grandes

Hay que descubrirse ante el talento, nos guste o no lo que cante

Cuando se muere una de las grandes, como es el caso de Aretha Franklin, es imposible que no se nos revuelvan los intestinos. Nos pasó con la Jurado, con la Dúrcal, y es que hay gente que, te guste o no lo que cante, no se le puede negar que tiene un talento innato. La Franklin era grande, por dentro y por fuera, pero el cáncer de páncreas, el mismo que se llevó a la Jurado, no hay quien lo pare. Morirse es una mierda, por mucho que las recordemos e intentemos malcantarlas en los karaokes, yo la primera. Hay gente imprescindible. Ellas lo eran.

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