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Escritor

El sonido de la vendimia

La trascendencia de la ceremonia de la recogida de la uva, destacada ya por Jovellanos a finales del XVIII

Llueve, nubes y aun vendaval, mañana parda, llueve mucho? así pasaban los tiempos por los ojos del Ilustrado asturiano Melchor Gaspar de Jovellanos. Su viaje por los valles y gargantas, camino de Cangas de Tineo, quedaron anotados en la memoria del Caballero además de en sus "Diarios", escritos testigos de su tiempo y vivencias entrañables de cultura y gentes, de poesía y libros, de piedras en iglesias escritas en latín.

El domingo el tiempo era suave y "a caballo a las ocho y media". El terreno recordó la dificultad del camino y la dificultosa empresa de llegar a Cangas de Tineo desde un mar lejano tapado por altas montañas y frondosos montes:

"¡Oh Dios, qué camino! Las calzadas, las cuestas, todo malo, pésimo, diabólico, y sigue el mal camino a la altura de Cornellana"; anotaría Jovellanos antes de llegar a la Garganta del Narcea esa bella mañana de octubre de 1796.

Ya en el Monasterio de Corias, describe astuto lo que destaca del lugar. Algunas partes del monumento las compara "al gusto del Escorial" y ensueña con un cuadro presente a la entrada de la sacristía de una imagen de la Virgen y el Niño. Le recuerda mucho "al aire de Zurbarán e incluso Velázquez".

El día once recoge Jovellanos el sonido de la vendimia, tintineo de las uvas en los cestos que portan hombres y mujeres canguesas. Algo cambia en sus escritos, dando paso a sentimientos de fiesta y sorpresa. El ilustrado, sin perder su pasión por recoger anécdotas sobre libros y monumentos, se ve acariciado por las costumbres del occidente asturiano.

"A la vendimia de la viña de Toreno (Conde), llamada "la Cerca". Viñas tendidas a la Castellana, la uva negra; la mejor es el Verdejo. Las vendimiadoras cogen; hombres pasando, recogen en cestos, y estos van a llenar los capachos, llamados aquí gojos."

En compañía del V Conde de Toreno disfruta el Ilustrado de la fiesta de la vendimia, y conoce de mano de las gentes de Cangas "un frenesí de alegría", sobre todo cuando muchachas le anuncian su proyecto de ir al día siguiente a la vendimia, a Limes.

Despierta y escribe. Ya se ha olvidado del tiempo, de las nubes, de las lluvias; también de los malos caminos.

"La gente se mueve temprano para la expedición de la vendimia. ¡Qué alegría! ¡Qué bullicio en los jóvenes!".

Los cosecheros convidan en la taberna terminada la jornada, pero "esa noche no hay baile. La gente se retira a las diez".

De todo lo acontecido en la vendimia escribe Jovellanos una carta a Nicolás de Llano Ponte, mando militar envuelto en batallas contra los franceses y protagonista en la liberación de Cantabria con los Regimientos de Hibernia y Provincial de Oviedo, y otras partidas de voluntarios. Carta perdida en el fuego de los tiempos o el olvido de algún archivo.

Hoy sólo tenemos lo escrito en sus Diarios, prueba fehaciente de la importancia que ya hace más de dos centurias representaba la recolección y transformación del producto vinícola. También de todo lo que disfrutó el ilustrado compartiendo las jornadas de vendimia entre las gentes de Cangas.

Quedó constancia de nuestra historia en una placa dedicada, por la Sociedad Canguesa de Amantes del País "Tous pa Tous", del paso y estancia de Jovellanos por esos lares.

En este octubre de 2018 se sigue celebrando la vendimia en Cangas del Narcea. Es el vino uno de los recursos económicos más importantes con los que, con mucho esfuerzo y trabajo, Cangas vende imagen a España y al mundo, sobre la importancia de sus recursos y las bondades de su tierra.

Sigue la uva siendo sonido de tiempos, pasados y futuros. Jovellanos sintió suyos esos momentos de fiesta y trabajo, como buen asturiano. Hoy se siente en la vendimia de Cangas del Narcea la misma alegría e ilusión de sus gentes. Los años no han conseguido borrar la buena costumbre de vendimiar.

Disfrutemos de ello y apartemos por un momento lo negativo que pueda preocuparnos. Con un poco de suerte, algún cosechero convidará en alguna buena taberna, como se hacía en aquellos tiempos; y vayamos de baile, recordando que hubo tiempos más duros y de mayor cansancio en esto de la vendimia.

"Sic transit gloria mundi".

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