El escritor francés Yann Moix, de 50 años, dice que no puede enamorarse de una mujer de su edad. A él no le gustan mayores, y sólo se fija en las jóvenes. Disfrute su soledad, paisano. Hay un día en que dejas de ser treintañero para pasar a ser cuarentón. Ese día, el de tu cumpleaños, la tarta se vuelve amarga. ¿Quién decidió semejante machetazo a bocajarro? Cuarentón, cincuentón, sesentón... retumbando en la cabeza. Pero si los 40 son los nuevos 20: empezamos a ser padres, firmas hipoteca, te pones a hacer running o yoga, y encima algunos ni siquiera se han emancipado, ni lo harán. Otros con 50 tampoco maduran. Yann Moix es como un kiwi: pasa de estar verde a que no haya quien lo coma. No son los años, es madurez.