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Un buen compango

No hay fabada buena sin buen compango. Por eso es imprescindible echarle un buen tocino y dejarse de bacon o panceta. Aunque, claro, siempre hay gustos para todos. A mí me gusta más el pote que la fabada, pero reconozco que las fabas me van más con marisco, porque son más digestivas y no me obligan a sufrir horas panza arriba en el sofá, ¡bendito sufrimiento! Lo que sí que es verdad es que nos metemos en unos debates absurdos que ya quisieran otros. Nos enfadamos cuando nos dicen que el cachopo es un san jacobo de filete, y nos sale la vena purista si alguien le cambia un ingrediente a la fabada. Es algo que me fascina, queremos áreas metropolitanas y somos incapaces de introducir un cambio en un plato típico, porque entonces nos duele el tuétano... A veces el asturianismo se nos va de las manos, y es que hasta hay un preservativo nuestro, el "prestosu"... Sí, se nos va la pinza.

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