En todo el occidente asturiano el único municipio que late con vigor es Navia, los datos al respecto son aplastantes, y dentro de Navia el corazón que da impulso y esperanza a la comarca es la empresa de celulosa. La Papelera, antes Ceasa y ahora Ence, se nutre para su funcionamiento de madera, que ha de hacerse llegar desde distintos puntos de origen. Una vez elaborado el producto hay que distribuirlo. No hay por tanto duda que el transporte de materiales es un elemento fundamental para el satisfactorio funcionamiento de la empresa.
En su momento los gestores de Ceasa, en su lógico afán de abaratar costes, platearon al Principado y a Adif la construcción de un ramal férreo que conectase la fábrica con la línea de FEVE, un tramo que no llegaba a los dos kilómetros. Las obras se iniciaron y se pararon por ciertas dificultades técnicas. De eso hace ya diez años.
Diez largos años, toda una década para acometer una obra relativamente pequeña. Tiene razón el Alcalde de Navia al referirse a este proyecto en los términos de "Bella Durmiente". Y el propio alcalde está dispuesto a erigirse en el príncipe que lo despertará.
Hace diez años la fábrica de Navia era Ceasa, el ferrocarril era Feve y el Principado estaba regido por el fallecido Areces, en resumen que mucho han cambiado las cosas en diez años, pero no es tiempo suficiente para dar por finalizada una infraestructura interesante para la gran industria de la zona, que además suponía una inyección para rentabilizar una línea férrea agonizante y que incrementaba la movilidad a un necesitado Musel.
Diez años en los que el Alcalde Navia no ha cesado de figurar en infinidad de actos protocolarios al lado del Presidente del Principado, y también con los responsables de Ence, sin hallar el momento para abordar la situación de la obra en cuestión, y ejercer de intermediario entre las partes.
Quien sí se movió fue la administración gallega que ejerció de aliado ofreciendo el puerto de Ribadeo en condiciones optimas, de ahí que ahora la empresa no muestre interés en concluir la obra.
Estamos en tiempo electoral, tiempos propicios para resucitar muertos como hace el Alcalde de Navia sin aclarar quién es la mano ejecutora que tiró al traste el proyecto.
Dentro de diez años volveremos a recordar a La Bella Durmiente.
