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La ventana

Jubilar a algunos políticos

El saber irse de José Ángel Pérez y Salvador Méndez

Hace unos días se han vivido en Castropol y Coaña sendos homenajes a quienes fueron sus alcaldes hasta hace poco, José Ángel Pérez y Salvador Méndez, el primero representando al PSOE y el segundo al PP. Al margen de sus trayectorias políticas, de sus aciertos, que seguro que fueron muchos, y de sus errores, que también hubo, ambos tienen el indiscutible mérito de abandonar sus cargos, no porque hayan sido desalojados por las urnas sino porque han entendido que ya estaba bien y que habían cumplido un periodo suficiente de sus vidas como regidores de sus respectivos municipios. Tampoco han optado a otro cargo ni de superior rango para crecer en el escalafón ni inferior y de menos responsabilidad.

Suceden estos casos cuando conocemos infinidad de cargos públicos que se aferran a sus puestos con pegamentos de ultra fuerza y que transitan de una silla a otra igual que los niños abandonan un juguete para coger el siguiente. Basta con que repasemos quienes son los hombres y mujeres que ocupan escaño en el Congreso y en el Senado. Sobresalen algunas personas muy conocidas.

Diputada electa es Luisa Carcedo a quien lejos le queda el año 84 cuando llegó a su primer cargo público, desde entonces fue consejera de Principado, diputada autonómica, diputada al Congreso y actualmente ministra en funciones. Larga trayectoria.

En otra bancada del parlamento encontramos a Isidro Oblanca, que empezó siendo concejal en Gijón, pasó por ser diputado en la Junta, después senador y ahora diputado en las Cortes Generales. A éste hay que sumarle la pirueta practicada desde el PP hasta Foro.

Largo recorrido el de Mercedes Fernández, que también empezó de concejala en Gijón. De ser la persona de confianza de Cascos pasó a firmar fidelidad a Rajoy. Casado le compensó ofreciéndole un plácido retiro en el Senado.

Otro que se ganó el privilegio de sestear en el Senado es Fernando Lastra. De joven fue concejal en Cangas. Allí Cuervo le cerró el paso y hubo de trasladarse a Oviedo. Nada más y nada menos que 32 años estuvo en la Junta General. Alcanzó gran notoriedad como portavoz del PSOE. Barbón le frenó en sus aspiraciones.

Afortunadamente no todos son como estos cuatro profesionales de la política y existen casos como los de José Ángel y Salvador para acallar las voces de quienes repiten sin cesar que todos son iguales.

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