Todo indica que tras la más que fallida reconversión industrial en Asturias (un gigantesco fiasco de malversación, que dura 40 años), el turismo seguirá a la cabeza de nuestros recursos económicos, ¡y gracias! Recientemente, uno de los periódicos más prestigiosos del mundo, "The New York Times", ha tenido la gentileza de mostrarnos en el escaparate que recomienda a sus lectores. Entre las 52 propuestas de viaje para este año (desde Australia a La India, desde las playas de Méjico a la Salzburgo de Mozart), Asturias figura en la mitad de la tabla de esta relación de destinos que en modo alguno es clasificatoria, sino simplemente establecida en torno a una serie de propuestas viajeras, todas ellas con atractivos más que sobresalientes.
Pues bien, en la sección de opinión del citado periódico, siempre contando con autores de prestigio, y bajo el título de "Asturias, España. Un retiro de los españoles para abrazar la naturaleza y alejarse de todo", el articulista neoyorquino exhibe nuestra centenaria musculatura entre los Picos de Europa, el Centro Niemeyer, la Ruta del Cares o la Senda del Oso (imaginamos en lo referido a este último destino, que la visita del galante viajero americano habrá tenido lugar antes del peligrosísimo deterioro que hoy presenta este recorrido). Pero también, menos mal, el occidente asturiano sale retratado en este artículo, que publicado en formato digital podría alcanzar a varios millones de lectores, en tanto que, además de publicarse en inglés, se puede leer en chino y en español.
Del área occidental asturiana nombra como lugares de interés, los restos de las explotaciones romanas del oro o los castros, con una breve referencia al deporte del surf, si bien en este caso de un modo genérico sin especificar el nombre de playa alguna.
Otro detalle que el autor trata de poner en valor (en este caso habrá que entenderlo como un argumento de doble filo), es el recordatorio de la inexistencia de conexiones con el Ave, lo que, efectivamente, sí que nos convierte como el propio título del artículo indica, en un "retiro" bajo los efectos de las malas comunicaciones por tierra, mar, y aire. Al mismo tiempo se subraya la celebración este año en la capital ovetense de la muestra mundial del queso, un producto, hay que recordar, por el que los americanos se "mueren". En Asturias presumimos de más de 40 variantes queseras, algunas de ellas elaboradas en el Occidente.
El pasado verano fue el artista de fama internacional Alejandro Sanz el que puso en el mapa mundial al concejo de El Franco, ahora lo hace "The New York Times". Así pues, que reluzcan los manteles, bien planchadas las pajaritas, y mejor atizados los fogones. ¿Bienvenido Mr. Marshall? ¡Hasta la cocina!
