Desde hace un tiempo el ingenio se supera. Así ocurre con un hotelero de la ciudad de Cangas de Onís: cansado de que algunos automovilistas ajenos a su establecimiento no respeten el correspondiente vado, no se le ocurrió nada mejor que poner una simple silla de madera sobre el pavimento para persuadir a aquellos que tratan de colarse con su coche. Y es que ese lugar puede considerarse "acutáu" para la clientela que se aloja en el hotel en cuestión y necesita un lugar de carga y descarga para maletas y demás enseres. Sin duda una anécdota muy comentada entre los turistas y visitantes que tienen como destino la vieja capital del Reino de Asturias.
Otra cosa que se comenta y mucho es la falta de educación de los dueños de los perros por no recoger los excrementos de las calles, plazas y espacios públicos de Cangas de Onís cuando los pasean. Parece que existe un grupo de vecinos que hacen caso omiso a todo tipo de sugerencia y pese a que incluso el propio Ayuntamiento lanzó hace escasas fechas un bando advirtiendo de las infracciones económicas, la cuestión es que muchos no se dan por enterados.