La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

¡Hasta siempre, amigo!

Los elogios que merece el fallecido Manolo Chaso

Hace poco más de una semana, el pasado día 28, se acercaba a la mesa electoral del Instituto Rey Pelayo. Allí, como era habitual, lució con orgullo su credencial de apoderado del Partido Popular, en esta ocasión coaligado con Foro. Con su sonrisa correspondió a cuantas personas iban a depositar su sufragio a las urnas, sin distinciones. Y es que Manolo Chaso era un hombre cercano, campechano, amigo de sus amigos? muy querido en Cangas de Onís, así como en el Oriente. Todos y todas, fuesen de izquierdas o de derechas, le respetaban y admiraban por su "fair play" en la política local. Estaba a las duras y a las maduras.

Este lunes, a primera hora de la mañana, Manolo Chaso nos dejó, y en la tarde de ayer, martes, Cangas de Onís se volcó en darle su último adiós, incluso con sones del "¡A pipi hurrá!", que el maestro Falo Moro incorporó al himno del Cánicas AC. Ahora hay una estrella más en el cielo. Contaba 90 años y los últimos meses resultaron bastante intensos, emocionalmente. Con motivo de poner su nombre al campo municipal de fútbol Nuevo Santa Cruz, rodeado su familia, la gente se volcó en aquella emotiva cita. Su bondad sobresalió siempre. Era de una pasta especial, pues no vertía reproches ni malas palabras, sino todo lo contrario. Pura amabilidad y modestia.

Se nos marchó sin despedirse, en una partida fugaz. Chaso siempre nos quedará en el recuerdo, como gran padre de familia y enorme abuelo. A la memoria me vienen recuerdos de operario de la Imprenta Quesada, portero de entrada en la antaño Discoteca Galaxia, delegado o taquillero del Cánicas AC, juez en la Porra de Enol (Fiesta del Pastor), etc? Y cantidad de veces, disfrutando de la jubilación, echando un pitín apoyado a las vallas del parque municipal o bien acarreando mercancía del supermercado para "lo de Chispa". Charlar y bromear era todo en uno. Prudente, tranquilo y trabajador. ¿Enfadado? Nunca le vi.

Hoy, Cangas de Onís llora la pérdida de Chaso. No sólo su familia y allegados. Dejó huella. Prueba de ello es que tenía mucha sintonía con gente del otro palo. Las jornadas electorales en su mesa eran sumamente plácidas, con buen rollo entre los representantes de todos los partidos políticos. Ni denuncias, ni leches, todo lo contrario. Le faltó, como me imagino le hubiese gustado, vivir la emoción de las municipales del 26M anhelando que Pepín volviese a resultar elegido para otro nuevo mandato.

No pudo ser, pero si José Manuel González Castro consigue ganar esos comicios con seguridad que pensará en ese personaje que siempre estaba ahí, en los momentos buenos y también en los menos halagüeños.

¡Descanse en paz!

Compartir el artículo

stats