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Emociones

El triángulo mágico de Nueva, Llanes y Arenas con la danza de San Juan, el pericote y el corri corri

Con los años uno va aprendiendo a cribar lo que realmente importa. A separar lo estúpido de lo relevante, lo tóxico de lo que te aporta beneficios. Y no hablo de grandes cosas. Que no lo son, al menos a primera vista. Aunque al final, acabas por darte cuenta de que realmente sí que lo son. Y mucho. Cada uno tendrá su propio catálogo. Pues bien, a mí uno que siempre me ha atraído, y con el paso del tiempo cada vez más, es el de las emociones. Buscar aquello que te haga sentir, vibrar. Que te transmita algo, de mayor o menor intensidad, pero que te haga concluir que ha merecido la pena vivirlo.

Y claro, en esta búsqueda, casi diaria, de algo así como con mucho sentido y sensibilidad, para placeres íntimos que ericen la piel, te muevan por dentro y te toquen el alma; en definitiva, el goce y disfrute interior causado por algo externo, el campo de las artes es de lo mejor, de los muestrarios más amplios y sublimes que uno puede encontrar, si es que se está en este tipo de búsquedas.

Y ahí me encamino yo cada vez que oigo hablar de mis tres danzas folclóricas favoritas: la danza de San Juan de Nueva, el pericote de Llanes y el corri corri de Arenas de Cabrales.

La triada especial, casi mágica del oriente de Asturias, que te atrapa y, de verdad, te hace sentir.

El rítmico vaivén de la danza prima de Nueva, que proyecta su reverberante canto coral a lo largo de toda la hilera; casi como invitándote a sumarte al grupo, como si de una llamada solidaria se tratara, en un gesto de unión.

El equilibrismo de los bailines del gran pericote, que se hacen al suelo sin perder el ritmo ni las formas, después de sus elegantes saltos, que interrumpen en seco para acoplarse a la hermosa cadencia de las bailadoras que cruzan y se entrecruzan una y otra vez.

O el deslizar suave, dulce, místico de las bailadoras del corri corri yendo y viniendo, como tocadas por la ingravidez; en un juego que no cesa con el incansable y pícaro bailín. Cuando ellas, cuando él.

En el triángulo Nueva, Llanes, Arenas hay un componente de seducción, de encantamiento. Si tienes la suerte de que coincidan estas tres danzas en alguna de nuestras fiestas, prepárate para disfrutar. El folclore alcanza aquí, verdaderamente, otra dimensión. Déjate llevar, no te resistas, que los sentidos te lo agradecerán por siempre. Será una intensa cuestión de emociones.

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