La peatonalización de la explanada alta del santuario de Covadonga es una de las mejoras decisiones que han podido tomar las autoridades en pro de visitantes y turistas que suelen acercarse a visitar el principal foco de peregrinación del Principado de Asturias y uno de los más importantes del Norte de España. Me congratulo, pues queda recogido en diversos artículos publicados la sugerencia que vengo realizando desde hace años para que se llevara a cabo una actuación atrevida en ese singular enclave. Quizás a algunos les pueda sorprender ese cambio, pero, sin lugar a dudas, Covadonga ganaré en vistosidad y comodidad.
Ahora, mientras se estudia y decide la mejor manera de reubicar el medio centenar de plazas de aparcamiento que se pierden, la siguiente medida a tener en cuenta a medio plazo sería desbloquear el dilema de la finca de Les Llanes. Se han barajado diversas variables -escaleras mecánicas, elevador panorámico...- dentro de un ambicioso proyecto, evitando, lógicamente, impactos visuales. Pero, al día de hoy, parece ser que el asunto continúa enquistado, sin visos de ponerlo en valor, y me temo habrá de aguardar a que las cosas retornen a su cauce, a la denominada nueva normalidad, para acometer actuaciones ambiciosas.
Insistiendo en creación y dotación de nuevas plazas de estacionamiento en la parte alta del santuario para nada sería descabellado sopesar la posibilidad de poner en marcha una "zona azul", aunque me temo que los responsables eclesiásticos no las tengan todas consigo en ese punto concreto. Creo, en mi modesta opinión, que sería un buen sistema y así darles movilidad a los coches -evitando que las plazas sean tomadas horas y horas por aquellos que van con destino a Los Lagos y eluden de esa forma los parkings de pago adscritos al operativo-. Baste como ejemplo la enorme aceptación, pese a las rencillas iniciales, que ha tenido la "zona" azul de El Censu, en pleno centro urbano de Cangas de Onís.
Sin embargo, hay que continuar peleando por hacer realidad el proyecto de Les Llanes, como "Puerta al Paraíso", a modo de centro de visitantes, macro-parking ecológico y demás. Algo bonito y tan necesario en esa zona de Covadonga. Y es que allá por 2006, el Gobierno del Principado aprobaba el gastó de 3 millones de euros para la adquisición de la finca Les Llanes, localizada casi al pie del santuario de Covadonga. Una parcela de 12 hectáreas de terreno, con casona solariega incluida, en El Repelao, que vendría a completar el cronograma del Plan de Transporte a los Lagos de Covadonga. Tres lustros más tarde, la susodicha propiedad de la Administración regional sigue estancada, sin desarrollar, convertida en momentos puntuales en un cobertizo de ganado vacuno.
El turismo, ya sea religioso, cultural o deportivo, es lo único a lo que deberá agarrarse la comarca del oriente de Asturias en años venideros. No hay otra alternativa posible. Ni industrias, ni fábricas, ni leches. Se puede discutir el tipo de turista, con mayor o menor poder adquisitivo, interesado por la historia, amante de la naturaleza y con interés por la gastronomía del área de influencia de los Picos de Europa. Ahora bien, el reclamo por excelencia seguirá siendo con permiso de cualquier otro competidor, el santuario mariano de Covadonga, los majestuosos Lagos de Covadonga y sin olvidar, por supuesto, la vieja capital del Reino de Asturias.
Los lazos entre la Corona de España y el santuario mariano de Covadonga están ahí, cada vez más estrechos gracias a la Princesa de Asturias. Con todo ello, una vez se logren sacar adelante nuevos proyectos para el real sitio -el más prioritario y urgente la adecuación de la finca de Les Llanes- habría que ir pensando en hacer gestiones para que Su Santidad el Papa gire visita a la cuna de la Reconquista, al altar mayor de España, tres décadas después (1989) de que lo hiciera el llorado Papa Juan Pablo II con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Santiago de Compostela. ¿Por qué no?
