Festividad de Covadonga y Día de Asturias. Estado de alerta naranja en el concejo de Cangas de Onís, entre otros municipios del oriente de Asturias. El verano se despide a marchas avanzadas y, por fortuna, queda un "colchón" en algunas arcas para aguantar el largo, muy largo invierno que se avecina. Atrás, ya casi en el olvido, las caravanas, las largas colas de turistas, los lugares emblemáticos petaos de visitantes... Todo ello mezclado con la incertidumbre de la pandemia del covid-19. Sin lugar a dudas, dos meses -julio y agosto- de auténtico vértigo para el sector turístico, la principal fuente del área de influencia de los Picos de Europa.

Ahora, a las puertas del 8 de septiembre, fecha en la que las autoridades de la región, tanto políticas como eclesiásticas, lucen sus mejores galas y muestran cercanía, tacto y buenos rollos, me atrevo a reivindicar una de las grandes asignaturas pendientes en el principal centro de peregrinación de todo el Principado. No hace falta ser muy inteligente para descifrar el jeroglífico. Sí, es cierto, se trata de la finca de Les Llanes, en El Repelao, al pie del santuario mariano de Covadonga, hoy en día convertida en pastizal para el ganado bovino y la antaño casa solariega como "establo".

Algunos me dirán que no es el momento de invertir en infraestructuras o equipamientos en estos momentos, dada la prioridad del asunto sanitario por el coronavirus. Es posible que tengan razón, pero el asunto de la finca de Les Llanes clama el cielo desde hace casi tres lustros, toda vez que se abonaron tres millones de euros a sus anteriores propietarios. Un dinero que, a la vista de cómo pasa el tiempo, da sensación de acabar tirado en las aguas del Reinazo. Toca mover ficha y desbloquear esa situación ya que, en otros asuntos de menos calado, bien que se mueven sus señorías y altos cargos.

Parece que la aglomeración de gentes en la comarca del Oriente supuso un antes y un después en la visión turística. Ahora, aún sin resolver el problema de la carencia de infraestructuras o equipamientos -caso, precisamente, de la finca de Les Llanes- ya se habla de aplicar una tasa a los turistas como se hace en otras comunidades o bien en otros países. Hay que gravarles, no queda otra, aunque esos potenciales visitantes carezcan de un lugar donde poder aparcar su vehículo, plácidamente, tener a disposición informadores o bien disponer de unos urinarios o aseos públicos a la misma entrada de los Picos de Europa. Sí, sí, en Les Llanes, sin ir más lejos.

Obviar una vez más el dilema de la finca de Les Llanes es volver a pasar , de un problema que se agrava con el transcurso del tiempo. Covadonga y sus alrededores se merecen algo más, sobremanera después de las obras de mejora de la explanada de la basílica. Ya va siendo hora de dotar al santuario de aparcamientos idóneos, tanto para turismos como para otro tipo de vehículos y el mejor lugar sigue siendo esa gran parcela de terreno que en su momento adquirió el Principado a la familia Dosal. No hay otra alternativa por mucho que se maree la perdiz.

Otro 8 de septiembre, atrás quedan los centenarios y demás faustos, y las reivindicaciones continúan a la orden del día, en este caso aprovechando el Día de Asturias, para no variar. Creo que ha llegado el momento de desbloquear lo que lleva enquistado desde hace un montón de meses por no decir años o lustros. Mientras no se solvente lo de Les Llanes, el real sitio de Covadonga seguirá siendo un caos en épocas de máxima afluencia turística con decenas de automóviles "tirados" en los arcenes de la carretera de acceso al santuario por la falta de aparcamientos. ¿Multar a tocateja? No es la solución, aunque sirve para espantar a la gente.

Insisto, y no me cansaré de decirlo, Covadonga necesita de una vez que se lleve a cabo una actuación convincente en la finca de Les Llanes con varios centenares de plazas de aparcamiento, reguladas y vigiladas. Incluso poniendo un sistema de pequeñas lanzaderas -furgonetas o microbuses- para subir y bajar a los turistas desde El Repelao a la explanada alta del santuario mariano. Un servicio de transporte público similar a cualquier circuito urbano en una gran ciudad.

Señor Barbón, señor Cofiño, señora Piñán, monseñor Sanz Montes, abad de Covadonga, alcalde de Cangas de Onís, señor Robledano y tantas otras autoridades y personalidades, pónganse manos a la obra, consensuen un proyecto de altura y denle una solución a la finca de Les Llanes. No más dilaciones, no más Días de Asturias con el dilema sobre la mesa o guardado en algún cajón. Se lo agradecerán los turistas, visitantes y peregrinos que tienen como destino la "cuna" de la Reconquista y, por ende, la Santina, patrona de todos los asturianos y asturianas.