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Miembro de la Cofradía de Amigos de los Quesos

Nuestro Cofrade Embajador

Evocación de casi medio siglo de trato y amistad con Armando Álvarez

El domingo, a primera hora, recibí uno de esos mensajes que nunca esperas recibir y menos leer: "Querido Guillermo, soy Mª Luisa, tengo que comunicarte que esta madrugada a la 1.30 h. nos dejó Armando". Era la triste noticia que me trasladaba la mujer de Armando Álvarez Palacio. Nos ha dejado ese entrañable amigo y querido Cofrade Embajador de la Cofradía de Amigos de los Quesos del Principado de Asturias.

Tuve la suerte de conocer a Armando allá por el año 1970 cuando, siguiendo el consejo de mi padre, fui a verlo a su tienda de La Jirafa para comprarle un traje, ya que iba a enfrentarme a mi primera entrevista de trabajo y necesitaba su consejo profesional para ir bien vestido y dar una buena imagen. Me sorprendió en aquel momento el carácter afable, cariñoso y próximo que tenía, además de una gran profesionalidad.

Muchos años después, vuelvo a encontrarme con él cuándo me hago miembro de la Cofradía de Amigos de los Quesos. Y es ahí, en ese escenario, donde verdaderamente empiezo a conocer a esa persona inigualable que era Armando. Amigo de los amigos, sociable, afable, gran comunicador, siempre vestido de modo elegante, próximo. Muy aficionado a la gastronomía, era un gran experto en micología, amante de los vinos y la buena mesa y sobre todo, gran conocedor de los quesos artesanales asturianos.

Era un gran viajero y junto con su mujer María Luisa, que también es promotora de la Cofradía de Doña Gontrodo (formada principalmente por mujeres de los miembros de la Cofradía de Amigos de los Quesos), empezó a moverse por toda España, Portugal y Francia, para asistir a los grandes capítulos que celebraban las cofradías gastronómicas de estos países.

Con ese mismo espíritu participativo y conciliador que siempre mantuvo en nuestra cofradía, participó abiertamente en las actividades de la mayor parte de las cofradías gastronómicas europeas. Era un gran embajador de nuestra Asturias y de nuestra cofradía, a la que pertenecía desde su fundación, hace ya más de treinta años. Quizá por esto, quién mejor que él, fue nombrado con todos los merecimientos nuestro Cofrade Embajador y nos representó de modo ejemplar, con su buen hacer y con una educación exquisita, en todos los sitios a donde iba.

Consecuencia de ese espíritu tan abierto y cordial, y fruto de sus grandes conocimientos gastronómicos, al igual que de nuestra cofradía, también fue nombrado Embajador del Consejo Europeo de Cofradías Enogastronómicas (CEUCO). Fue así mismo nombrado delegado regional de la Federación de Cofradías Gastronómicas españolas (FECOES). También fue nombrado Cofrade de Honor de nueve cofradías gastronómicas europeas. Recibió igualmente innumerables distinciones.

Bondad, generosidad, lealtad, concordia y otros muchos valores, fueron los que llevaron a Armando a ser un referente en la Cofradía de Amigos de los Quesos. Armando era, es y seguirá siendo, esté donde esté, el patriarca de la amistad. Nos has dejado un legado inigualable. A su mujer María Luisa, infatigable compañera en este largo viaje, compartiendo con el su pasión por el mundo de las cofradías gastronómicas, yo le diría que Armando no nos dejó. Armando es y sigue siendo nuestro mejor embajador, ahora en el Cielo.

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