Si un presupuesto, por definición, es la expresión política más concreta y medible del grado de compromiso de un Parlamento con las aspiraciones de la ciudadanía a la que representa, no cabe duda que para Asturias y en nuestro caso, para los vecinos de Oviedo, la no aprobación del Presupuesto Autonómico para 2018 ha sido quizá, una de las noticias más decepcionantes de los últimos tiempos.
Un proyecto presupuestario puede ser considerado escaso o insuficiente, puede ser discutible y mejorable, puede ser enmendado y revisado, pero tanto para la ciudadanía ovetense como para el resto de Asturias, el peor escenario posible es que no haya presupuestos y que quedemos condenados a la inercia de una nueva prórroga, sesgando así las aspiraciones legítimas de progreso.
Visto en términos territoriales, en el caso de Oviedo, aspirábamos a ver plasmada nuestra voluntad política de impulsar los proyectos de dos Institutos de Enseñanza Secundaria, fundamentales para apuntalar nuestra red educativa: el IES de La Florida y el de La Corredoria; la ampliación en tres unidades del Colegio Público de Colloto; la rehabilitación de la Capilla de La Cadellada; la construcción de un nuevo vial en Trubia mejorando los accesos a la Química del Nalón y contribuyendo a la mejora medioambiental; la rehabilitación del Centro de Salud de La Manjoya; 40 viviendas de protección pública en El Campón; 100 plazas más para el Centro de Residencia de Mayores en el Naranco; la sustitución de calderas de carbón en Trubia; los accesos al HUCA desde la AS-II y un largo etcétera de actuaciones incluidas en partidas genéricas y en actuaciones globales como las recogidas en el Plan del Prerrománico, en el Camino de Santiago o en la adecuación de edificios administrativos y universitarios que afectan de forma muy directa a Oviedo, a su vitalidad económica y a la mejora de servicios básicos fundamentales. En total, más de 12 millones de euros.
Es muy decepcionante y muy perjudicial para nuestro municipio que el Parlamento asturiano no haya aprobado el presupuesto para 2018.
De un lado, esperable por el PP, que si bien es cierto que no fue negociador prioritario para la FSA y el Gobierno Autonómico en estos presupuestos, cierto es también que sólo encuentra motivos de apoyo a los presupuestos a cambio de rebajas fiscales a los que más recursos económicos tienen, un criterio difícil de casar con el espíritu de un sistema tributario progresivo recogido en nuestro ordenamiento jurídico.
Sin embargo, no puedo disimular mi verdadera frustración en cuanto al voto negativo de Podemos, interlocutor principal de la FSA y del Gobierno Autonómico en este proyecto de presupuestos, y con cuyas aportaciones se habría conseguido el ahorro para las familias del 50% para las escuelas de 0 a 3 años. Con humildad admitimos las críticas recibidas censurándonos cuando (legítimamente) se decidieron otros interlocutores prioritarios para la aprobación de los presupuestos, pero cuando las circunstancias a tu alrededor cambian, y este es el caso, no es razonable mantener el mismo discurso como si todo permaneciese igual. Con sinceridad, ¿se puede estar satisfecho rechazando unos presupuestos que hubieran sido los más sociales de los últimos años, el 67% del total?
Los socialistas de Oviedo, desde el más profundo sentido de compromiso con la ciudadanía, nos corresponde, por un lado reconocer el compromiso y la demostración de responsabilidad de IU y, a la vez, apelamos a retomar el diálogo y a asumir con sinceridad el mandato de representación que la ciudadanía ha depositado en las diferentes opciones políticas en la defensa de los intereses de Asturias en general y de Oviedo en particular, especialmente, a Somos (candidatura de unidad popular en Oviedo, donde participa Podemos), para colaborar activamente en defender para Asturias, el criterio que compartimos en lo local, y que no es otro que el diálogo y la capacidad de conseguir acuerdos. Estamos a tiempo.
