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La mar de Oviedo

Apostolado a pedal

¡Vaya por Dios! El arzobispo de Oviedo no pudo participar en el Corpus porque cayó de la bicicleta en el Paseo de Valdeflora. No obstante, me llama la atención que, salvo una variante extrema para bicis de montaña, con trampolines y demás, por Valdeflora están prohibidas las bicicletas; sólo se permiten personas, semovientes, patines y patinetes, y a los ciclistas que se atraviesan espantamos con baldones y ladridos. Es asombroso, hace unas noches soñé que en la curva Fuente Bengal surgió entre los cerezos silvestres un ciclista barbudo, con mucha inercia, sotana negra, solideo morado, cruz pectoral, báculo en ristre, un fajín morado cuyo extremo, que ondeaba al viento, me acarició la cara, y vi en el manillar la insignia del sombrero verde y cordel de seis borlas; pedaleaba a buen ritmo, en dirección a Toleo, quizá para llevar una extremaunción?, o dos, si no me aparto. ¡Casi me caigo de la cama!

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