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La mar de Oviedo

Conjuros

El lunes en Guaralde, cerca de Colloto, mi hermana, mi cuñado y yo ganamos la primera fase del Mundial. En el minuto 13, cuando el 13 de Marruecos nos robó la pelota y nos la metió, acudimos a la Salve y empató la Reina y Madre en el minuto 19; amarrando tres plumas de caburé conseguimos que Ronaldo no diera pie con bola ante Irán; en el 45, al marcar Quaresma nos tendimos en el suelo, boca abajo con los brazos en cruz, hasta el 52, que Ronaldo falló el penalti, y cuando en el 80 nos marcó de cabeza un marroquí, imploramos a Judas Tadeo: "¡Que empate España!"; lo conseguimos de tacón en el minuto 90, después de cruzar los dedos de los pies en pos de que lo ratificara el VAR; sólo quedaba pincharnos la yema de los pulgares y mezclar en una copa unas gotitas de nuestra sangre en favor de un gol de Irán, aunque fuera de penalti y en el descuento, y así ocurrió, en el 92. Pero esto es un sinvivir.

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