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La mar de Oviedo

Taxistas

En "Taxi driver", Travis Bickle (De Niro) le dijo al encargado de personal, Joe Spinell, que quería ser taxista porque no podía dormir por las noches. Siempre me pareció, el de los taxistas, un gremio de noctámbulos desencantados. Mi experiencia tampoco es para tirar cohetes: en Sevilla nos llevan por la ruta más larga, en Argel no llegan, en Londres no nos llega, los de Atenas se pasan, los de Manila no dan la vuelta (el vuelto), los "tacheros" de Buenos Aires cambian los billetes buenos por otros falsos, en México nos secuestran, en Madrid es peor, largan su mitin y hay que asentir o nos apagan el aire acondicionado, en San Petersburgo cuesta cien euros que entiendan adónde queremos ir... ¿Y los de Oviedo? Se quejan aunque llueva; y con la ordenanza que los obligará a cargar maletas, a dejar en casa chanclas y bermudas y a ponerse corbata, me temo que jamás conciliarán el sueño.

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