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La mar de Oviedo

Urogallos

¡Cuántos años de lucha para salvar al urogallo cantábrico! Pero la escasez de una raza tan pura y su concentración en un territorio pequeño provocan que esa aristocracia de la sangre lo degenere y lo extinga. Algo parecidísimo sucede con el primer mundo y el tercer mundo de los humanos; el primero, el nuestro, el asturiano y el español se degrada a marchas forzadas, no tanto por la raza cuanto por la sobreprotección a nuestros escasos hijos y la vida muelle, la sociedad enferma y la democracia podrida; necesitamos con urgencia al senegalés, al rumano, al de Bogotá, al sirio y al checheno? Que vengan urogallos del Pirineo, piquinegros de Asia, chachalacas americanas, crassirostris polacos, volgensis de Bielorrusia, Linnaeus de Escandinavia, uralensis de Siberia? Ya no se trata de cosmética, genética, ética ni alfabética, hablamos de profiláctica. Además, Asturias siempre fue ecléctica.

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