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La mar de Oviedo

Bandera en Rosal

La noche del sábado, un menor de edad y de dignidad, intentó quemar una bandera española que ondeaba en la fachada de la calle del Rosal, 41, 1º. En aras de la conciliación, lamento que no se haya sublevado el espíritu, algo sordo en sus últimos años, de Salvador Díaz-Ordóñez y Escandón, que nació en el número 22 (antiguo 42) de esa calle, general de Artillería que hoy tendría 163 años de no haber muerto en acto de servicio en Ifmarufen, Marruecos, luchando por nuestro emblema rojo y gualda. Don Salvador no se salvó a sí mismo pero al día de hoy, diseñador de cañones que fue para la fábrica de Armas de Trubia, tendría puntería bastante para disparar un buen cañonazo selectivo al mocoso incendiario, y en pos de la susodicha conciliación ya veo asomarse también al cardenal Victoriano Guisasola, que nació en esa calle, en el nº 58 y en 1852, para darles a ambos la bendición.

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