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La mar de Oviedo

Cueto San Mateo

Quise disfrutar San Mateo lejos de las fiestas pero encumbrado en San Mateo, y subí al Cueto San Mateo, de 1.603 metros, en Pola de Gordón. Tomé la N-630, por Pajares, dejé la niebla en el Manazas, pasé Villamanín, sin desayunar en Ezequiel, tampoco en Hornaguera, de Ciñera, desde donde vi el macizo calcáreo, también lo vi desde Santa Lucía y desde la misma Pola. Dejé el coche junto al camping y, en una mañana de calor, eché a andar por la margen izquierda del arroyo de Santasmartas, por una carbayeda, la ladera Cerezales, Alto del Rasón, una canal muy pindia que pasa ante la cueva del eremita "San Mateo" y de ahí a la cumbre, donde vi milanos y miles de mosquitos vigilando la cruz y la placa en memoria de un Manuel Moure, montañero, que murió en la mina picando y renace en el pico. En el descenso, entré en la cueva y grabado en la roca leí: "El que pierda su vida por mí, la hallará".

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