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La mar de Oviedo

Sanatorio Blanco

Doné mis anginas en el ambulatorio de La Lila y mi querido Alejandro Braña me operó en el antiguo HUCA de una epitrocleítis en el codo izquierdo, pero nunca entré en el Sanatorio Blanco, hoy en demolición. Cuando construyen viviendas donde hubo un hospital o un camposanto me vienen a la memoria "Poltergeist", "Cementerio de animales" y otras películas de terror. Por el contrario, también me acuerdo de un cementerio público que vi en Filipinas, el Pasay City, al sur de Manila, en el que cientos de familias todavía vivas residen, conviven y conmueren, entre las tumbas. Aunque las almas se fueron o les dieron el alta, en esos lugares donde la aflicción fue sostenida y aguda, permanece el llanto, que condensa el aire, moja las paredes de nueva fábrica y gotea por los grifos. En fin, confiemos en que en esas 28 viviendas en Padre Vinjoy (pienso en el Padre Karras) no se revelen humedades a largo plazo.

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