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Sobresaliente Dúo Cassadó

La Sociedad Filarmónica de Oviedo continúa manteniendo ante sus socios, superando dificultades económicas y generacionales, un alto nivel en la presentación de los artistas invitados. El reconocimiento, en más de una ocasión descubrimiento, del talento de jóvenes intérpretes o la constatación de los ya consagrados, ha sido una de las líneas de acción de la centenaria sociedad. A esta directriz responde el concierto del pasado miércoles, en el que se contó con la presencia, por tercera vez, del "Dúo Cassadó", formado por el violonchelista Damián Martínez y la pianista Marta Moll. Habituales protagonistas de los escenarios ovetenses, su dilatada carrera ha podido seguirse en una serie de conciertos que dejan traslucir una evolución en su repertorio a la vez que en la madurez de sus interpretaciones. Una mirada al mundo romántico, con especial atención a la presencia femenina en la figura de C. Shumann, es a su vez un regreso a las fuentes camerísticas y una íntima reflexión que reconduce y abre nuevos horizontes a la hora de enfrentarse al repertorio más contemporáneo.

Sobre un cambio en el orden del programa, anunciado por el propio Martínez, abrió el concierto la "Sonata en mi menor" de J. Brahms. En la pieza, especialmente dispuesta para el despliegue de ambos instrumentos por su sencillez de estructura, se diferencia, sin embargo, un protagonismo del chelo en los dos primeros movimientos, en los que la reconocida sonoridad de Martínez hizo suyo el carácter contrastante y abrupto del "Allegro non troppo" y el delicado, por su claridad, melancolismo del "Allegretto quasi Minuetto". El tercer movimiento "Allegro", enfatiza, por el contrario, la presencia del piano con una fuga con tres temas, que nos acerca al gusto romántico por el redescubrimiento de la polifonía, en la que Marta Moll desplegó una enérgica articulación temática de gran plasticidad sonora.

Siguió el "Homenaje a Clara Schumann" con el "Andante molto" y "Allegretto" de su "Romances op. 22". Escritas originalmente para violín y piano, la transcripción para chelo dota a estas piezas de un énfasis quejumbroso, doliente, al gusto de la música zíngara centroeuropea, en el que el diálogo entre piano y chelo, pese a la aparente simplicidad de la composición, esconde un introspectivo diálogo lleno de complicidad, el de Clara y Robert Schumann.

En la segunda parte, dedicada en su totalidad a R. Schumann, se reconoce la subjetividad del artista romántico enfrentado a un mundo que lucha por redefinir a su medida. Los movimientos de "Stücke im Volkston" se sumergen en el lenguaje del "folklore imaginario" que no es más que la reconciliación del hombre con la naturaleza. El chelo se convierte así en una voz que canta la hermosura, pero también la dureza, de una naturaleza que el piano despliega. Martínez y Moll profundizaron en la expresividad de sus respectivos instrumentos con momentos de gran emotividad que reaparecerían en las "Romanzas" de R. Schumann con las que cerraron el programa. De propina, "Spiegel im Spiegel" de Arvo Pärt" trasladó al público al neomisticismo surgido de la caída del antiguo "bloque soviético", cargado de ascetismo, sencillez y profunda reflexión.

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