En la reciente visita del actual ministro de Fomento, José Luis Ábalos, el alcalde de Oviedo, Wenceslao López, puso encima de la mesa los temas prioritarios ya archiconocidos: la ampliación del paso inferior de Nicolás Soria, la interconexión peatonal entre estaciones, otras actuaciones menores pendientes pero importantes y, cómo no, la Ronda Norte, que marcará un antes y un después en el futuro de la ciudad y que, en realidad es, debe ser, la ronda de circunvalación y acceso Oeste a Oviedo.
El PMUS (Plan de Movilidad Urbana Sostenible), recomienda la peatonalización parcial del centro, el fomento del uso del transporte público estableciendo carriles preferenciales, el fomento del uso de la bicicleta como modo de vida saludable y la inevitable disposición de carriles bici.
No existe ruta alternativa desde los barrios del Noroeste (Ciudad Naranco, La Florida, Las Campas, San Claudio, Argañosa, Vallobin, etc.) hacia el Este, si no es a través de General Elorza, la glorieta de Luis Oliver, etc. Si le sumamos el impacto del bulevar de Santullano, donde los 30.000 tránsitos diarios deberán buscar acomodo en un porcentaje significativo en la AS-II desembocado al final, en Luis Oliver, el resultado no puede ser menos halagüeño. El escenario de colapso del centro de Oviedo se acercaría peligrosamente.
Es, por tanto, imprescindible ejecutar la ronda de circunvalación de manera que se pueda establecer un flujo de tráficos de dentro hacia fuera, o sea, desde los barrios hacia la ronda, en vez del habitual de los barrios hacia el centro, llevando los vehículos al exterior, evitando la sobresaturación e inaccesibilidad de los viales del centro de Oviedo que, como ciudad milenaria que es, no presentan diseños ni capacidades para soportar el tráfico actual y mucho menos el futuro.
La posición del PSOE ha sido y es clara en los planteamientos, premisas y condicionantes que se deben aplicar a la futura vía de conexión:
-Ha de ser una infraestructura de entrada-salida directa de los barrios a vías de alta capacidad, con conexión a la A-63 y, al menos, a la AS-II, así como disponer de intersecciones de acceso directo en la zona entre Las Campas y San Claudio, en La Florida, en Ciudad Naranco y con accesos al HUCA.
-Ha de tratarse de una vía que lleve aparejada un exquisito respeto y tratamiento ambiental del entorno por el que discurra, proyectada con criterios de diseño tanto en planta como en secciones tipo, eficientes, sostenibles, integradores y funcionales, evitando el efecto barrera y que represente, en sí misma, una integración paisajística digna del entorno y emblema de la ciudad, una vía permeable al diálogo histórico que mantiene la ciudad con el Naranco.
El argumentario clásico contra la ronda ha sido siempre el elevado impacto ambiental y coste económico prohibitivo. Ambos se disipan en el caso de que la ejecución se realice en túnel (solución adoptada con éxito en multitud de obras de similares características), y con un diseño de conexión entre autovías, que representa la opción con menor impacto y que fija la responsabilidad de llevarla a término en el Ministerio de manera íntegra, con lo que el coste económico debería asumirlo, al menos en un porcentaje muy alto, Fomento. Dicho esto, es evidente la innegable ventaja frente a las alternativas "parche" que, siendo trazados superficiales y sin conexión entre autovías, impactan mucho más en ambos aspectos, tanto en el medioambiental, como en el del cargo al erario público municipal.
De esta manera se constata:
1. La necesidad de disponer de la ronda de circunvalación que dará servicio a 100.000 personas y permitirá desarrollar un nuevo concepto de ciudad, dejando el tráfico en el exterior y no en el centro, con la consecuente liberación de espacios para transporte público y, sobre todo paraa peatones y bicicletas.
2. El bajísimo impacto ambiental que se compensará con el impacto positivo de medidas correctoras como inversiones en reforestación en el Naranco con cargo a la obra, así como inversiones en protección y mejora del patrimonio del Prerrománico.
3. La responsabilidad económica queda fijada en el Ministerio y el coste económico será totalmente asumible para el Ayuntamiento.
