El anuncio del cierre de todas las tiendas del centro comercial Modoo, en el Calatrava, es el último clavo en la tumba de una operación urbanística que resume los días de vino y rosas del gabinismo. Algunos vivieron la euforia, algunos se siguen embolsando el botín y a los demás nos queda la resaca.

La noticia del cierre, que deja en la incertidumbre a multitud de trabajadores y amenaza a El Cristo con otro recinto fantasma, llega casi al mismo tiempo que la notificación del pago de 761.771 euros a la empresa Jovellanos XXI, de las familias Cosmen y Lago. Un dinero que sale del bolsillo de todos los ovetenses y que eleva la factura a nada menos que 18 millones de euros, más la parcela pública del antiguo Carlos Tartiere, el solar del Vasco, y los 68 millones que puso el Gobierno autonómico, también de los impuestos de todos.

Era la época del pacto del duernu ¿Se acuerdan?

Llamado a ser "el motor de Asturias", en palabras del Gabino de Lorenzo, iba a ser el estímulo económico que haría renacer a El Cristo y reinventaría a Oviedo entero. Es, sin embargo, el ejemplo perfecto del "toma el dinero y corre" de esta casta de políticos y sus partidos, que casi llevaron a España a la quiebra y que todavía a día de hoy han sido incapaces de hacer una mínima autocrítica. Culpan del desastre al maestro armero, miran para otro lado, y siguen presentándose como los únicos gestores eficaces de lo público. El dinero voló, por supuesto.

El motor gripado del gabinismo y de sus herederos está ahí, ante los ojos de todos, pero no vamos a permitir que se pudra y arrastre a un barrio entero. Aunque no era nuestra criatura, el gobierno del cambio ha puesto todo el esfuerzo para reactivar el Palacio de Congresos, que languidecía. La empresa, que ya se había llevado el botín haciendo caja con el hotel, las oficinas regionales, el aparcamiento y el centro comercial, casi deja morir el palacio. Nosotros asumimos la gestión pública y hemos conseguido multiplicar por seis la actividad del palacio, atrayendo visitantes y dando vida al Cristo. Este mismo mes, por ejemplo, se celebrará Expo Robot, un evento dirigido a todos los públicos, especialmente a empresas y profesionales del sector, que permitirá conocer en directo lo último en robótica, inteligencia artificial y drones.

Hemos hecho los deberes, y la iniciativa privada debe hacer los suyos. Dejar morir el centro comercial del Calatrava por falta de inversión es otra puñalada para el Cristo que no podemos tolerar. Pedimos a los actuales gestores trabajo, esfuerzo y creatividad para relanzar este espacio. El Cristo y Oviedo se lo merecen.