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Cine en Noreña

Una Villa Condal convertida en plató

Siempre hablamos de las novelas que se desarrollaron en Noreña de la pluma de D. Ramón Pérez de Ayala, de D. Armando Palacio Valdés, o alguna cita de Teodoro Cuesta o de Evaristo Valle. Con el cine tuvimos escasos escarceos, reforzados con la película "Luz de Domingo" dirigida por José Luis Garci que sí tuvo amplia filmación en las calles y edificios noreñenses.

Pero gentes con buena memoria como el amigo tendero Emilio Riestra nos habla de sus recuerdos cuando estuvo en la villa la actriz María Mahor a quien Emilio recuerda verla en un vagón del tren de madera estacionado en vía muerta junto al apeadero; y a su vez, cuando entraba o salía de la pensión "Les Conchines" en la calle Regino Escalera, junto a Casa Atilana, que era donde residió el tiempo que estuvo rodando en 1964 la película "Jandro" con Arturo Fernández como protagonista principal y que ya llevaba trece años desde sus comienzos de actor cuando debutó en papeles secundarios con "La Señora de Fátima". "Jandro" estuvo dirigida por Julio Coll y en ella aparecen un jovencísimo Agustín González y el folclorista asturiano Antonio Medio, tratando la ley de la mina con imágenes que nos resultan muy familiares de Gijón, Carbayín, el perfil del monte Naranco, el ferrocarril de Langreo, o los dibujos ambientales de Alfonso Iglesias, aunque yo recuerdo verlos rodar en la estación de El Berrón con grandes focos, lo que me sirvió para pretender ir a verla en cuanto la expusieron en Oviedo, pero la negativa de mi madre por no tener cumplidos los catorce años, que era para lo que estaba autorizada, me quedé con las ganas de ver plasmadas en película aquellas imágenes que vi rodar.

Hablando telefónicamente en el pasado enero con María Mahor por si mantenía vivo algún recuerdo de aquellas filmaciones y de su estancia en nuestra Villa, poco fue lo que pude obtener, pero sí tenía muy en cuenta los guisos que le ofrecían en Casa Alfredo y que elaboraba con buena mano su esposa Socorro, guisandera de la casa. Me dijo María : ¡De la fabada ni hablamos!

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