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La mar de Oviedo

Limitemos el ocio

El decreto para controlar la jornada de trabajo y prevenir abusos del empresario sobre el trabajador, consignando hora de entrada y salida "sin perjuicio de la flexibilidad", es una medida menos social de lo que suponen estos dictadores sanchistas (no psoeístas), cuando lo necesario es promover el trabajo. Al contrario de limitar la labor, en los años 60, en el Colegio San Luis, de Pravia, nos acuartelaban a todos (no a todas, era masculino) en un gran salón-estudio hasta las ocho de la noche, aunque no tuviéramos clases; se trataba de que hiciéramos los deberes pero yo me dedicaba a poner bigotes a los santos del libro de Religión y a inventarles biografías impías; cumplía con el horario, cargaba con la cruz pero sin fe, como cuando nos obligaban a la misa. Dicho esto, yo recomendaría limitar el tiempo libre de los ministros, sin perjuicio de la flexibilidad, pues no puede salir sino del ocio tanto decretazo.

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