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Con vistas al Naranco

Khashoggi

La inquietante estación Columbus en Nueva York

"Debemos rechazar la falsa comodidad de que el sufrimiento de otros no nos atañe". B. Obama, Buchenwald / 2009

"Observo la incapacidad en que se encuentran (escritores españoles) de reflejar todo lo que no tenga relación inmediata con nuestra aldeana península". Ayala, Francisco

Tenía veinte añinos cuando, en mi primera visita a Nueva York, supe que en Greenwich Village daban "Zéro de conduite", de Jean Vigo, autor de culto. Fui solo en metro a la estación Christopher Columbus, nombre traducido del mítico almirante, genovés o corso (*). Era sábado noche, pues adquirí la inmensa edición dominical del NYT. En el vagón, y como quiera que pregunté, un caballero socarrón soltó: "No vaya usted. Vuelva a su hotel". El inolvidable Paulino Vicente le hubiera calificado sarcásticamente como "espontáneo entendíu". Otros pasajeros protestaron la advertencia, reiterada al espetarme: "¡Espero que mañana siga usted con vida!". Sórdido, pero mis pocos años confiaban en la regeneración Robert Kennedy. Sin embargo, al abordar la salida, un hombre se desplomó muerto. Fue mi única vez en ese metro, al que no volví en veinte visitas profesionales a la Gran Manzana.

Me sorprendieron muy luego las imágenes televisivas de Adnan Khashoggi apeándose en el exacto mismo lugar. El plutócrata, descarada elegancia, exhibía pulserita judicial localizadora. La Columbus ya no era como antes, ni siquiera el Village igual en seguridad, con muchos violentos emigrados ciudad abajo. Lo cuenta Tom Wolf, aunque sigue la violencia sin erradicar del todo.

Después, Adnan, traficante saudí, puso en venta sus propiedades españolas. De esa, un empresario de seguros me citó para mediación profesional: "Compré la mansión de Khashoggi en El Plantío. Te espero allí". Jamás olvidé al esotérico antiguo propietario del inmueble, readaptado en oficinas, hasta que Riad asesina en Estambul a un periodista llamado también Khashoggi.

Un buen amigo comentó: "¡Y el criminal Erdogan saca pecho!". La madre de Dodi Al Fayet, amante de lady Diana Spencer, ¡es Khashoggi de apellido originario! ¿Khashoggi será nombre frecuente? Temo la impunidad y hago mías las citas de Obama y Paco Ayala de esta sabatina.

(*) En Calvi estuve en una supuesta Casa Natal de Colón y en el Ayuntamiento de Génova el vicesíndico me mostró un documento poco convincente del hipotético natalicio allí del almirante.

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