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El Otero

Salsipuedes

Las curiosidades de una calle peculiar de la ciudad de Oviedo

En el Campo de mi infancia, en la zona de los columpios, había un laberinto hecho con postes de madera en el que, cuando llegaba algún pardillo novato -víctima propicia- le introducíamos con los ojos vendados en el medio y le decíamos: ¡sal si puedes! Mira tú. Seguro que recuerdan los pañuelos y pegatinas con el eslogan: "Ven a Oviedo y? sal si puedes" tan utilizado en las fiestas mateínas de los ochenta; genial idea del entonces concejal Ramón Corral en conversación con Covadonga Bertrand mientras se debatía en un pleno una polémica propuesta sobre la reordenación del tráfico en el entorno del Campo San Francisco. Un conocido pub de la zona antigua también adoptó el nombre de Salsipuedes. Bien, pues viene esto a cuento por un titular que leí en LA NUEVA ESPAÑA el pasado domingo 28: "Luz verde a reparar la escalera de la peor calle de Oviedo". La desafortunada calle a la que se refiere la noticia es Ildefonso Martínez. El caso es que, una vez más, una noticia aviva la curiosidad e, inmediatamente, me vino a la mente la imagen de esta calle que todos pateamos y que conocemos, precisamente, como Salsipuedes aunque, desde el 28 de diciembre de 1895, previa petición de los vecinos (¡cuánto le debemos a José Ramón Tolivar!) recibe el nombre de Ildefonso Martínez. El nombre de Salsipuedes se debería a la estrechez e inclinación de su recorrido, cosa que, al parecer, es frecuente en España en calles con características similares; así, encontramos este nombre en el callejero de Santiago de Compostela, Madrid, Jaén o Pamplona.

Consta que los españoles pusieron este nombre a diferentes lugares en Argentina, Colombia, Uruguay o Panamá y, entre ellos, cuenta Tolivar "a unas islas y un estrecho en el golfo de California, donde la navegación es peligrosa a causa de la impetuosidad de las corrientes. Impetuosa es también la pendiente de esta calle, de modo especial a su salida o terminación en la calle de San José, donde aún debió ser mucho más marcada y dificultosa antes de existir los actuales escalones".

El nombre de Salsipuedes no lo encontramos hasta los padrones de vecinos de 1722. Anteriormente, continúa Tolivar "quizá pudo corresponderle el de Canóniga Baja -que más adelante atribuimos a la calle San José- pues, llamándose de los Cuatro Cantones el tramo comprendido entre San Antonio y San Isidoro, e iniciándose la Canóniga Alta precisamente en el mismo punto que la de Salsipuedes, bien pudo ser ésta -que desciende mucho más- la llamada Canóniga Baja".

En cuanto al nombre actual se debe al médico nacido en Benia de Onís el 28 de abril de 1851 cuya vida fue tan rica y abnegada que bien necesita un capítulo aparte a su memoria; queda pendiente.

Se cuenta una curiosa anécdota sobre esta calle. Allá por la década de los 70 encargó el Ayuntamiento un estudio sobre el tráfico en la ciudad; pues bien, una de las calles por las que proponían la salida de coches era por Salsipuedes, lo que lleva a pensar que los redactores, lejos aún la era del Google Maps y de los drones, ni se dignaron a visitar la ciudad pues de llevarse a cabo su plan, más de un coche dejaría los bajos en el tramo final de escalera mentando a los progenitores de los ínclitos redactores.

Pues ya saben, si transitan por esa calle, especialmente si gustan de la noche, anden con cuidado no vayan a tener un indeseado traspié aunque la salida, realmente, sea sencilla, como simple era la de aquel laberinto del Campo que, desde nuestra ingenuidad infantil, debíamos temer como si se tratase del mitológico laberinto creado por Dédalo para esconder al mismísimo Minotauro.

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