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Crítica / Zarzuela

Adiós a "La Africana"

La soprano asturiana Beatriz Díaz estuvo pletórica en una propuesta escénica de Joan Font con momentos muy logrados

"La Africana", ópera de Meyerbeer, fue uno de los títulos más representados en la historia lírica del Teatro Real, hasta el punto de que gracias a él se puso de moda cualquier cosa que rememorase a esta obra. "El Dúo de La Africana" se estrenó como parodia en 1893 a la sombra de la ópera. La nueva producción ovetense que dirige Joan Font, director artístico de Els Comediants, elimina la referencia a aquella "compañía de ópera barata" de la que tanta rentabilidad saca el empresario Querubini y la convierte en una nueva compañía que ensaya zarzuela en el Teatro Campoamor. Si son una compañía de zarzuela, ¿por qué ese énfasis por hablar en italiano?

Tuvo la propuesta de Font también momentos muy logrados y de gran efecto escénico y visual. Buen ejemplo fueron el juego con las puertas de los camerinos o, aún más, el giro que Font propuso en beneficio de la recreación "del teatro dentro del teatro", proyectando la sala del propio Campoamor y haciendo girar el teatro para que los espectadores pudieran ver la sala en espejo, como si estuvieran situados al fondo del escenario.

En el elenco artístico, la soprano asturiana Beatriz Díaz, con cierto guiño estético a Martirio, estuvo pletórica, brillante tanto en lo vocal como simpática en el terreno interpretativo. Alejandro del Cerro, también con una faceta cómica muy marcada, interpretó junto a Díaz la famosa gran jota "No cantes más La Africana", uno de los momentos musicales más brillantes de la representación. El Querubini de Eleazar estuvo simpático, pero es un personaje con más recorrido aún.

Miquel Ortega, al frente de la Oviedo Filarmonía, resolvió con acierto, pero se echó en falta más precisión en los momentos puntuales donde la orquesta podría haber tenido mayor presencia. El coro de la Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo fue un personaje más. El jueves destacó especialmente la sección femenina por su precisa dicción y entonación.

La inclusión de espectáculos de magia le aportó movimiento y dinamismo a la representación, muy de agradecer, no así el momento con la guitarra eléctrica, una aportación de dramaturgia más bien escasa.

Sin duda una de las mayores satisfacciones de este "Dúo de la Africana" es que por tercer año consecutivo Oviedo continúa adelante con su empeño en la siempre ardua labor de la producción propia de repertorio lírico, y sus cotas de calidad parecen aumentar temporada tras temporada. Confiamos que por mucho más tiempo.

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