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Crítica / Música

La OSPA del nuevo mundo

Potencia orquestal en el inicio de temporada con un sobresaliente Pablo Ferrández como solista

La inauguración de la temporada de abono de la OSPA en la capital vino marcada por la expectación de iniciar un nuevo curso, así como por un programa atractivo que cosechó un gran éxito de asistencia, con mucha gente joven, contrariamente a lo que es habitual, dispuesta a disfrutar y a nutrir con música su espíritu.

Con la "Obertura de Lohengrin" ya quedó de manifiesto el estilo del director venezolano (Manuel López-Gómez) tomando la obra como si de un gran arco sonoro se tratara y recreándose en la sonoridad, aunque adoleciendo de un tempo lento que sería una constante a lo largo de la velada musical y que contrastaría con otros pasajes de veloz frenesí.

Antes de la pausa, aguardaba el "Concierto para violonchelo nº 1" de Saint-Saëns, interpretado de forma sobresaliente por Pablo Ferrández (solista de la noche), quien superó todas las exigencias que entrañaba la partitura gracias a su técnica, haciendo gala, además, de una gran delicadeza que redundó en una interpretación llena de matices. La orquesta se preocupó de arropar a Ferrández en todo momento, con un López-Gómez atento al equilibrio y los balances sonoros.

Magnífica interpretación que provocó los aplausos y "bravos" del público ante los que el violonchelista madrileño se vio obligado a ofrecer un par de propinas. En la primera de ellas, "Zarabanda" de la Suite nº 3 de J. S. Bach, mostró su enorme capacidad y su inteligente manejo del fraseo. La segunda fue "El cant del ocells" de Casals, que se prestaba a explotar las óptimas posibilidades expresivas y líricas del violonchelo, un instrumento reconocido como el más semejante a la voz humana.

Gran intensidad y concentración tuvo que demostrar la Sinfónica del Principado para hacer frente a la Sinfonía "Del Nuevo Mundo" de A. Dvorák. A lo largo de sus cuatro movimientos se conjugaron el sonido timbrado de la cuerda con la contundencia de los metales, el brillante trabajo del viento madera en el "Lento" (para aportar el carácter bucólico y pastoral), y se exhibió el potencial sonoro de la orquesta con un López-Gómez que dio mayor libertad a la agrupación y en la que, a pesar de alguna entrada dubitativa, se evidenciaron momentos muy efectistas debido al carácter contrastante de los movimientos y a los tempos tan acusados por los que optó el venezolano durante la obra.

Naturalmente, los resultados del concierto del viernes son fruto de un gran trabajo semanal y conforman unos mimbres notables para encarar con ilusión y garantías una temporada que se presume cargada de conciertos, nuevos proyectos y buena música.

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