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Distrito del siglo XXI

Ya nos hemos fulminado casi una quinta parte del siglo XXI, no estaría de más dejar de citarlo como signo de modernidad. Lo digno del siglo XXI es digno de nuestro tiempo, no es moderno sino adecuado. Hace un par de días, Daniel Cortizo, uno de los cerebros del plan para reactivar el boquete del antiguo Hospital en el barrio del Cristo, hablaba así en este periódico. "Planteamos un distrito del siglo XXI, adaptado a las nuevas exigencias sociales y políticas, y eso nos llevó a pensar en un distrito de emisiones cero y de aprovechamiento de las energías renovables". Bravo. Qué bien suena. El plan del Cristo, el de las dos ciudades, la de la justicia y la universitaria, en un movimiento de fichas con efecto dominó (al Cristo se van las facultades de Llamaquique y ahí se instalan todas las sedes judiciales), acercará a los tiempos actuales un barrio anclado en lo antiguo. Un vecindario amamantado durante décadas por un Hospital mastodóntico que se fue (no sin avisar) y dejó un reguero de huérfanos hambrientos.

El consenso entre administraciones, el empuje del rector García Granda y de Chamorro, nuevo presidente del TSJA, y un Ayuntamiento facilitador pueden hacer a una parte importante de Oviedo saltar directamente del siglo XX al XXII. Con suerte, el agujero será historia algo más allá de 2030; sin ella... Sea como sea, el siglo siguiente se habrá acercado. Las ideas de Cortizo, Tur y Delgado (todo el equipo) son miel para los oídos de vecinos castigados por partida doble. Sumaron a la crisis la desidia administrativa y la actividad se desplomó.

Reluce la idea del campus universitario integrado en un barrio sostenible, limpio, con edificios de gestión propios, parques y viviendas... Que se haga rápido, que lo veamos pronto. Bienvenidos al siglo XXII.

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