La desaparición del doctor Pedro Óscar Buelga Díaz, fallecido ayer a los 85 años de edad, es un golpe doloroso para sus amigos y compañeros. Trabajó en la Residencia Nuestra Señora de Covadonga y fundamentalmente en el Centro de Rehabilitación, formando un equipo con las doctoras María Jesús Martínez Noval y Pilar Pavón Osuna, creando la unidad de tratamiento de la Escoliosis, por el método de Yves Cotrel y mejorándolo a medida que pasaba el tiempo.
La noticia de su muerte nos deja entristecidos al ver desaparecer a una persona sin par, un médico ilustre, un amigo ejemplar, un ser inigualable por bondad e inteligencia. La vida de Pedro Óscar queda como un símbolo, modelo por su modestia, cortesía, generosidad, fuerza de costumbres, exquisitez de maneras, amor a los estudios. Odiaba la mentira; admitía el error, detestaba lo falso. Persona de grandes convicciones, inteligente e íntegro. Cuando el paso del tiempo afirma valores permanentes y derrumba los de signo artificial, Pedro Óscar se agiganta en nuestros recuerdos y nos rendimos ante el médico ilustre y hombre de bien.
Asturiano integral y hombre de bien así como ejemplar español. Pedro Óscar Buelga sentía pasión por Asturias. En las elecciones municipales de 1999 encabezó la lista de UCDS al Ayuntamiento de Oviedo con la propuesta de "humanizar" una ciudad a la que amaba, aunque otra de sus pasiones era abandonar la ciudad para pescar en los ríos asturianos. Pero nuestro Pedro no ha muerto. ¿No dijo el Hombre-Dios, "quien cree en mí, no morirá nunca?.
Recuerdo emocionado a Marina, su esposa, con mis lágrimas, a su hija Covadonga y hermanos, flores en su muerte, ternura y nostalgia en su memoria.
