Confinamiento, distancia social, cuarentena. Para superar la carga de negatividad que transmiten esas palabras hay que circunscribirla a un aspecto muy concreto: el de la expresión de nuestros mecanismos de lucha contra un enemigo común, de pequeño tamaño, pero de gran impacto. En ese ámbito pedimos el mayor respeto, el mayor acatamiento, el máximo rigor en el cumplimiento de las medidas recomendadas por las organizaciones de salud pública y exigidas por el mando centralizado creado a raíz de la declaración de alarma nacional. Es cosa de todos cumplirlas, para acabar cuanto antes con este minúsculo, evasivo y dañino virus -no hay enemigo pequeño-.
Ahora vienen nuestras palabras favoritas, las cargadas de positividad, energía y fuerza para superar retos y dificultades comunes: solidaridad, empatía, generosidad, cooperación, ayuda, acompañamiento, colaboración, sentido del humor para proteger nuestra salud emocional. Estas son nuestras mejores armas, con ellas, y juntos, ganaremos.
Nos emocionan y nos hacen más fuertes gestos tan humanos como los del joven de arriba que pone ese anuncio en el portal ofreciéndose a ayudar a la gente necesitada del edificio, o los aplausos de ánimo desde las ventanas del vecindario, o los de toda esa gente que, desde diferentes empleos y su actitud abnegada: sanitarios, tenderos, panaderos, transportistas..., nos permiten llevar con más facilidad esta difícil situación. Una merecida mención de gratitud a nuestro presidente, Carlos Paniceres, que está dedicado en cuerpo y alma a la gestión de su empresa, Transinsa, tan necesaria y que tan buenos servicios de transporte sanitario está prestando en estos momentos, con una dedicación y abnegación admirables, ejerciendo ese tipo de liderazgo que nos gusta tanto, el de quienes no trabajan por ser los primeros, sino aquellos que son los primeros en ponerse a trabajar.
En la Cámara combatimos la distancia social con más cercanía emocional, el aislamiento con más compromiso, la separación física con estar más juntos y más cerca desde nuestros servicios, ayudas y apoyos.
Sabemos muy bien que es tiempo de cooperación entre todas las organizaciones empresariales, enfocada cada una a su especialidad, asumiendo aquello que cada una sabe hacer mejor.
Todas a una a la hora de coordinarnos, sin pensar más que en el bien general, con un solo objetivo: ser más útiles y eficientes para atender los requerimientos del mundo empresarial, más necesitado que nunca de nuestra buena gestión y compromiso, para que el empresariado sienta que está en las mejores manos y sólidamente respaldado.
Todos los que formamos parte de la Cámara de Oviedo nos encontramos fuertes, serenos y preparados para atender vuestros requerimientos y que encontréis una voz amiga dispuesta a ayudaros, así que aquí estamos dispuestos y disponibles.
Ahora toca gestionar, con sosiego. Estamos en fase de adaptación a una nueva y desconocida forma de vivir, hemos de centrarnos en administrar adecuadamente nuestras armas para luchar contra el virus. Cuando, por fin, esté derrotado, e iniciemos la fase de recuperación económica, saldremos con todas nuestras fuerzas a conseguirla en el menor tiempo y en las mejores condiciones posibles. El mundo empresarial tiene un firme compromiso social que sabrá asumir con responsabilidad. Ahí estaremos, arrimando el hombro, poniendo nuestro granito de arena.
