En Oviedo, por lo visto el Pleno Municipal no sirve para nada. Hace más de dos años, la Plataforma Vecinal contra las plantas de asfalto y hormigón por un Oviedo Saludable solicitó y obtuvo un apoyo unánime en el pleno de febrero de 2018, mientras que en otro posterior (noviembre 2018) se acordó dar curso a una modificación puntual de planeamiento en el ámbito de Priorio, en punto expreso, explícito e independiente, del orden del día.
Recordamos que estamos hablando de una pretensión para convertir una cantera grande y veterana -en explotación- en un todo uno, en una mezcla nauseabunda de cantera, vertedero, y polígono industrial, (de momento) en uno de los lugares más valiosos del centro de Asturias. Ante eso, un grupo de vecinos de este concejo se pone a trabajar hace ya más de un bienio y, tratando con todos los grupos municipales de la anterior corporación, consigue que se respalde una iniciativa para poner orden en un lugar ahíto de problemas y abusos que nadie quiso, supo, o pudo atajar, cuando se debía y se podía haber actuado, desde hace lustros.
Cuál no será nuestra sorpresa cuando finaliza la legislatura pasada, y pese a lo acordado, y siempre tratado ante testigos, nada sucede. Y cuál no será nuestra indignación (añadida a la sorpresa) cuando allá por marzo, la prensa recoge que el risueño concejal actual del ramo, incorporado a tiempo a un partido de aquellos que entonces votaron y se comprometieron con el vecindario, ahora tiene otro rumbo.
Así que, al bajar las fiebres estas, solicitamos en mayo que se tratara el asunto en pleno, del mismo modo y en las mismas condiciones en las cuales se tomo el acuerdo democrático municipal, por cuatro de las cinco fuerzas políticas actualmente presentes en la corporación. Es decir, solicitábamos que se ratificara o rectificara el acuerdo entonces adoptado para "el inicio del procedimiento oportuno para llevar a cabo una modificación puntual del PGO de Oviedo en el entorno de Priorio, en aras a garantizar una adecuada ordenación que preserve los bienes comunes y los intereses generales en el área". Ni más ni menos, porque ¿para qué sirve un Pleno? ¿no se supone que es el máximo órgano democrático de la voluntad popular? Qué menos que tener la oportunidad de abrir el debate público sobre lo acordado, para no tener que avergonzarnos más adelante. Sin que haya acontecido ninguna novedad substancial, porque los pleitos no lo son al caso, un concejal o un gobierno desatiende o desobedece lo que manda el ejercicio democrático, y ni tan siquiera hay el preciso pundonor para desandar lo andado allí donde hay que hacerlo: ante el pueblo soberano (era así ¿no?), oyendo a unos y a otros. A todos aquellos partidos que ya sabemos que no son confiables, porque no pueden hacer borrón y cuenta nueva cada cuatro años, ni ignorar sus compromisos, aunque eso esté de moda, habremos de comunicarles que, si piensan que van a hacer lo que les da la gana, sin consecuencias, están muy equivocados.
No pedíamos la luna de Valencia ni en Oviedo ni en Uviéu. Pedíamos luz y taquígrafos, orden y concierto, transparencia y democracia. Pero nadie quiere hablar ni escuchar. No se debatió en el Pleno sobre el incumplimiento de lo acordado en el Pleno. Cada una de las fuerzas políticas tendrá sus motivos, que no se pueden esconder. Piensan que así pasa todo. Pero esta historia no acaba sino de empezar a dar frutos en los tribunales, y el judicial es un escenario distinto del que utilizó Cuesta como burda y falsa excusa. Parece ser que fue o es abogado el señor Ignacio Cuesta. En todo caso, ahora es concejal.
El tiempo pondrá las cosas en su sitio, y los vecinos haremos todo lo preciso para ayudar al tiempo, que sopla fuerte a favor.
