Si hay algo que echo de menos este San Mateo son las noches en la plaza Feijoo. Durante años me pasé las fiestas en ese reducto musical que es el Concurso de Rock "Ciudad de Oviedo", apellidado Alejandro Blanco "Espina". Esa pequeña plaza, a la espalda de la Catedral y alejada del bullicio mateín, era lugar de encuentro con amigos pero en especial era lugar de descubrimiento, de conocer a fondo la escena asturiana y de ver, con el paso del tiempo, cómo los músicos iban ganando peso y las bandas se iban haciendo un hueco no solo en la escena local, sino en la nacional. El Ayuntamiento de Oviedo debería tener en cuenta lo que supone la suspensión del concurso para los músicos locales. Era su oportunidad de tocar en un escenario con todas las garantías. Para muchos la participación en el certamen fue un gran impulso. Este año decenas de músicos asturianos se han quedado sin esa posibilidad y debería brindárseles la oportunidad cuando el bicho lo permita.
