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EL OTERO

Oviedo y el Pilar

Apuntes sobre una festividad con raigambre en la ciudad

Las fiestas en Oviedo siempre fueron más que San Mateo, la Balesquida o la Ascensión. Raro era el barrio que no tenía sus propios festejos. Muchas sociedades hacían lo imposible por brindar unos días de fiesta que contribuyeran a romper la cotidiana monotonía. Son muchos nombres; seguro que ustedes recordarán no pocos. Pero hoy, movido una vez más por la fuerza de la curiosidad, y dada la fecha que marca el calendario, me pregunto: ¿se celebró alguna vez el Pilar en Oviedo? Y sí. Veamos. En 1916 se funda la Sociedad de Nuestra Señora del Pilar. Probablemente muy vinculada al acueducto de los Pilares y a la gran polémica vivida en Oviedo por su derribo, en 1915. Sin duda, uno de los mayores errores de la historia ovetense. Presidida por Aurelio Suárez, fallecido al poco tiempo, surgió por iniciativa de vecinos de la zona de Pilares. Comenzó con apenas una veintena de socios, pero, en su apogeo, rozó los dos mil. Junto con Suárez, figuraban nombres como Pedro Medina, Tristán Suárez, Alfonso González, Ángel Pueyo, Nicanor Muñoz y Ramón Álvarez (tesorero), quien contaba que la sociedad se inició "en una de aquellas reuniones que, los domingos y festivos, celebrábamos compartiendo los días de descanso en franca cordialidad y camaradería". En 1934 deciden editar su primer álbum de fiestas. En su introducción declaraban: "Nosotros, pobres de intelecto, sabedores de lo poco que valemos y, solamente por realzar la Sociedad, intentamos la confección de este álbum que se edita por vez primera después de largos años de existencia y, si en sus páginas encontraras expansión de tu espíritu, consiguiendo entretenerte, nos consideramos suficientemente compensados".

El programa festivo se dividía a lo largo de tres días. Empezaba a primera hora de la tarde con un gran concurso de bolos en Casa Julio. A las diez de la noche hacían entrada las bandas de música de la Residencia Provincial y la Musical Ovetense, que "a los acordes de airosos pasodobles amenizarán la inauguración de la gran iluminación eléctrica". Concluía la jornada a la una de la madrugada, "con la elevación de un hermoso globo". Al día siguiente, el programa comenzaba con el reparto del "bollo con chorizo y un litro de exquisito vino Tierra de León o una botella de blanco terciado de Nava". La banda de música ameniza el reparto, que termina a la una, "elevándose al espacio un bonito globo con la inscripción de la Sociedad". Ya en la tarde, encuentro de fútbol infantil en un campo próximo a la carretera de los Monumentos. A las cinco, gran verbena en los campos de San Pedro. Y el último día, concursos de llave y rana y romería en el campo de Los Pilares, además de un curioso sorteo de "veinte cartillas de ahorro del Banco Central con la imposición de una peseta entre los socios menores de siete años". Acababan estos tres días festivos a las diez de la noche con "la tercera y última iluminación eléctrica, en la cual se organizará alguna sorpresa para animación de los asistentes".

Pues bien, este es el reflejo de las "populares fiestas de Ntra. Sra. del Pilar" a la que Oviedo también homenajeaba. Al igual que muchos vecinos que llegaban a Oviedo y que, para entrar en la ciudad, pasaban por debajo de uno de los arcos de los Pilares, en cuya pilastra había una hornacina con la Virgen del Pilar frente a la que se santiguaban y le rezaban una salve. Y entre rezo y rezo también cantarían aquella copla: "Una vez fui contigo a San Pedro los Pilares, arrimásteme la cesta. Eso sí que son pesares. / El mandil de ringo rango, ¿cuánto te costó, Ramona? / A la salida de Oviedo (por los Pilares) peseta menos perrona".

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