La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los nueve ases nuevos de la tonada

La canción asturiana vive un fenómeno nunca visto: medio centenar de niños, la mayoría mujeres, despuntan ya como estrellas en la disciplina

Generación Xilguerín. Cantera de la tonada en Asturias

Generación Xilguerín. Cantera de la tonada en Asturias

Para ver este vídeo suscríbete a La Nueva España o inicia sesión si ya eres suscriptor.

Generación Xilguerín. Cantera de la tonada en Asturias María G. San Narciso

Martes y miércoles de esta semana. Nueve de la noche y el ídolo de masas, el canadiense Justin Bieber, está sobre el escenario. Miles de niños y adolescentes "beliebers" cantan al unísono en inglés "What do you mean? When you nod your head yes/ But you wanna say no". Un día en Madrid; otro en Barcelona. Paralelamente, en Asturias, decenas de pequeños afinan sus voces en las escuelas de tonada de la región. "Dime xilguerín parleru?", cantan. En vez de Bieber prefieren a la cantante de tonada Anabel Santiago. Son los jóvenes ases de la canción asturiana. Han tomado el relevo a sus abuelos y garantizan la supervivencia de estos sones. No les tiembla la voz en los escenarios de los teatros o en las fiestas de pueblo. Y, además, lo hacen sin playback, no como Bieber. Muchos demuestran su talento y brillan en el Concurso de Folclore "Ciudad de Oviedo", que patrocina LA NUEVA ESPAÑA, y que tiene una modalidad especial para ellos.

Anabel Santiago es profesora de algunas de esas jóvenes estrellas de la tonada. Ella misma lo fue. Debutó con 13 años, en el Campoamor, en el certamen "Ciudad de Oviedo". "Mi aparición fue como la de la niña prodigio que viene a cantar tonada", afirma. Sorprendió a un público que llevaba muchos años sin ver tanta juventud en el escenario. De eso hace 21 años. Ahora, dos décadas después, la región está repleta de esas niñas prodigio. La inmensa mayoría de las jóvenes promesas son mujeres.

"En menos de 10 años estamos asistiendo a un hecho único en esta tradición. Nunca hubo una generación de 50 críos cantando tonada. Nunca", afirma Ismael González Arias productor musical y director de la Casa de la Cultura Teodoro Cuesta de Mieres. González explica que antes los cantantes se estrenaban en los escenarios de mayores. Aprendían en el chigre o a través de canciones. Hasta que llegó la generación de Anabel Santiago, Lorena Corripio, Liliana Castañón y Marisa Valle, todas ellas profesoras ahora. "Las escuelas de tonada y el arraigo familiar son factores que ayudan a que los pequeños se aficionen, explica Juan Carlos González", director del "Ciudad de Oviedo".

"El dato más importante es que hay un salto generacional tremendo en este momento. Lo que te dicen muchos de estos críos es que la influencia máxima que tienen es ver cantar a otros pequeños a través de la televisión o en los festivales. Es la repetición. Antes nosotros, de chavales, los que veíamos subidos en los escenarios tocaban rock´n´roll", dice González. El caso es que muchos de los padres de estos niños nunca cantaron tonada. "Tengo el ejemplo de algún padre al que nunca le gustó y ahora lo tiene que aguantar en casa. Y es por los abuelos. Quedan con ellos los fines de semana y ven juntos en la televisión programas de tonada". Anabel Santiago sí que dice tener algunos alumnos de esa "generación perdida".

Por mucho que a los progenitores no les guste la música popular, procuran no perderse ni una actuación de sus hijos. Ni siquiera cuando hay partido de fútbol Real Madrid-Barcelona. Una edición del concurso "Cuenca del Caudal" coincidió precisamente con un clásico. Y, aún así, el teatro estaba abarrotado.

"Esta nueva generación no sólo va a cantar tonada, van a hacer la música que les gusta, pero escuchando otros géneros. Además estudian en las escuelas un instrumento. En nada se convierten en la primera generación de cantantes que sabrán leer una partitura", dice González. La música es lo principal para los pequeños. También divertirse. "Siempre inculco la idea de que tienen que ser buenas compañeras entre ellas y entre alumnas de otras escuelas", dice Anabel Santiago. La competitividad en los certámenes es cosa de adultos. "Cada cosa a su tiempo", añade Santiago.

Compartir el artículo

stats