Covadonga Menéndez, una cocinera de otra galaxia

Covadonga Menéndez presume de estar casada con el conde Dooku (Nacho es su marido). Esta cocinera de 55 años de Gijón y seguidora del Lado Oscuro de la Fuerza utiliza un traje de motorista imperial en la “Orden 66” “porque le da mucha vergüenza y con el casco no se me ve la cara”. Las piezas de su armadura las ha comprado en diferentes lugares y admite que “luego hay que hacer arreglos para ajustarla bien”.

Ismael Díaz, un “stormtrooper” convencido

Ismael Díaz, de 42 años y “team leader” en un call center, sabe lo duro que es ser un soldado del Imperio. “Fue mi mujer la que me inició en esto y me metió en la Orden 66”. A diferencia de otros compañeros, tiene únicamente este traje y destaca lo complejo que ha sido el poder completarlo: “No se consigue todo de una vez, hay que buscar en muchos sitios, encontrar las piezas y luego adaptarlas”, asegura.

Xabi Rodríguez, el guardia civil sensible a la Fuerza

Xabi Rodríguez, de 31 años, se dejó seducir por “Star Wars” con la trilogía que inició George Lucas en 1999 con “La amenaza fantasma”. “A la gente le suelen gustar las películas antiguas, pero a mí las modernas, por el recuerdo que tengo de niño”. Este guardia civil, natural de Gijón, entró en la “Orden 66” en 2016 y afirma que fueron sus compañeros los que le ayudaron a ser el jedi en el que se ha convertido.

Alejandro Izquierdo, conductor y cazarrecompensas

Alejandro Izquierdo es un conductor gijonés de 50 años y un ”auténtico fan” del cazarrecompensas Booba Fett. Izquierdo no ha comprado su traje, sino que lo ha fabricado pieza a pieza. El casco es de fibra de vidrio y su arma está hecha a partir de pistolas de juguete. “Lo que comenzó con un traje para Carnaval se ha convertido en un uniforme para actos solidarios”.

Nacho Martín, el clon del conde Dooku

Nacho Martín vive en Avilés, tiene 58 años y trabajaba como chófer. Entró en la “Orden 66” hace un año gracias a Pilar Acebal. Sus compañeros presumen de que “tiene la misma altura” que el actor Christopher Lee, lo que hizo de él el candidato ideal para ser el conde Dooku (interpretado por Lee). Admite que a él le hubiera gustado ser Darth Vader, pero su apariencia física lo convirtió en este señor oscuro.

Pilar Acebal, la jedi que protege a los niños

La gijonesa Pilar Acebal es fiel defensora del poder luminoso de la Fuerza, como jedi que es. “Es una saga en la que está muy claro el bien y el mal”, afirma. Esta cuidadora de niños, de 54 años, entró en la “Orden 66” hace tres años por su sobrina tras verlos en el Festival Metrópoli de Gijón. Le enganchó la estética de cada uno de los bandos, perfectamente diferenciados y con elementos muy característicos.

René Ferrao, piloto de aerolínea y del Imperio

René Ferrao, gijonés de 43 años, cambia a menudo su uniforme de piloto de aerolínea por el del caza imperial de los ejércitos del emperador Palpatine. Explica que hacer un traje como el suyo lleva tiempo y una “cierta inversión económica”, “Hay piezas que van desde los 50 euros hasta los 200. En el caso de las espadas láser, si se utilizan para la esgrima, puede ser de hasta 800 euros por la dureza del material”.

Xuaco Fernández, un tatuador del Lado Oscuro

Xuaco Fernández es un tatuador de 49 años de Mieres con una de las armaduras más complejas de la “Orden 66”. A su traje de “shadow trooper” no le falta detalle y está hecho a medida, desde el casco hasta cualquier pieza que se ajusta a su cuerpo. De su primera experiencia con la saga recuerda que se encontró unas “colas increíbles” cuando fue a ver el “Episodio IV” en Mieres hace ya cuarenta años.